La importancia de la economía doméstica complementaria (EDOCO)

 


Voces Unicersitarias | Por Francisco J. May Hernández*

“La nostalgia del mexicano por lo que fue, lo paraliza en una realidad que no solamente lo alcanzó, sino que lo rebasa en todo momento” FMH

Es muy sabido que la economía doméstica es la que más reciente las crisis que en materia económica se dan a nivel nacional. Poco importa a “Juan de a pie” los índices inflacionarios, las proyecciones económicas, el tipo cambiario, las reformas y demás; lo que realmente importa es lo que percibe directamente en el bolsillo, que no incrementa su monto, pero si disminuye en su poder adquisitivo.

Tal realidad orilla a buscar alternativas que permitan subsanar los gastos que no disminuyen por más que se prioricen, muchas de estas con la menor inversión posible, es más, sacando mayor provecho a lo que ya se tiene, utilizando lo que habitualmente es para el hogar, con fines comerciales: Venta de hielo, saborines, antojitos, golosinas, fruta por mencionar algunos casos; o sacando provecho a oficios o habilidades aprendidas en el seno familiar o en “ratos libres”: cortes de cabello, arreglado de uñas, costura, lavado de ropa, planchado, etc, lo que denominamos algunos investigadores como “Economía Doméstica Complementaria”.

Si bien es cierto que en la totalidad de los casos este tipo de economía se acoge en la informalidad, también lo es que es un “mal necesario” y es una respuesta “creativa” a la necesidad que se palpa en muchos de los hogares, que de otra manera no alcanzarían a cubrir lo elemental. Cabe señalar que este tipo de comercio es adicional a lo que se encuentra en los ya conocidos y pintorescos tianguis, donde, según datos recientes de la unión de tianguistas de Cancún, acoge a más de 3 mil emprendedores cada fin de semana en diferentes puntos de la ciudad.

Para dimensionar en cierta medida la importancia de este tipo de emprendimiento, en un lapso de 5 años en la región 101, por medio de un estudio longitudinal llevado a cabo por la investigadora Lorena Hernández del 2010 al 2015, se detectaron 539 hogares que recurren o han recurrido a este tipo de emprendimiento, en donde lo relacionado a alimentos es lo más socorrido con un 69.01%, seguido del restante 30.09% que se encuentra en el sector denominado autoempleo, por ejercer alguna actividad relacionada con un oficio: clases de regularización, lavado, planchado, servicio en electrónica entre otros.

Pero ¿cómo combatir o disminuir este tipo de emprendimiento? Resulta difícil dar una respuesta adecuada, ya que es un fenómeno cultural, podemos incluso decir necesario en el día a día de una sociedad como la nuestra, que ayuda a evadir la realidad que se vive, por lo que en todo caso, habría que legislar con el objetivo de apoyarlo, creando figuras que permitan a quien recurre a él, optimizar su funcionamiento, capacitando para administrar adecuadamente sus finanzas, apoyar en el acceso a fuentes de financiamiento que permitan vislumbrar un camino cierto a la formalidad y obligando a la autoridad a proteger a quienes “den el salto” en pos de una mejor calidad de vida. En tanto no se tomen cartas en el asunto, las EDOCO seguirán siendo sin duda, la llave que mueve las economías “de barrio” y de las pocas cosas que permiten en gran medida, la socialización y cercanía de una generación cada vez más individualista.

*Profesor investigador del Departamento de Economía y Negocios, Universidad del Caribe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario