Empleo turístico: ¿la gran renuncia o reestructuración del mercado laboral? Parte I


Voces Universitarias | Por Pedro Moncada*

La alta demanda turística presente en la temporada de verano actual a nivel global, era previsible después de la pandemia por el efecto postergación que siempre aparece cuando se presenta una situación catastrófica que afecta a una zona emisora o a un destino turístico. Lo que ningún pronóstico advirtió era que, en una industria como la aviación civil, en la que hace pocos años la puntualidad era uno de sus ejes de competitividad, se generarían los problemas operacionales y los altos porcentajes de demoras y cancelaciones históricos en los principales aeropuertos en Norteamérica y Europa. El origen causal más señalado de la problemática es la falta de personal y las inconformidades de quienes sí están laborando. Llegando en casos puntuales a huelgas y la limitación de las operaciones al no poder garantizar la operación de grandes flujos de pasajeros, situación que en otros años era normal. En el AICM los incidentes presentados han sido atribuidos a los problemas estructurales y de saturación presentes desde antes de la pandemia. Pero los aeropuertos son sólo la punta del iceberg, la crisis de falta de colaboradores se presenta en todos los subsectores turísticos en diferentes destinos alrededor del mundo y el Caribe Mexicano no es la excepción.

El turismo, al estar en el sector servicios, es por definición intensivo en mano de obra y una gran proporción de esa mano de obra requerida es de baja o mínima calificación; salvo los puestos directivos y algunos especializados, para la gran masa laboral con una educación básica, media o técnica es suficiente más las competencias operativas del puesto que se adquieren con capacitación de corto plazo, fuera o dentro del lugar de trabajo. La competencia más difícil de alcanzar son los idiomas que en un mediano plazo se logran a niveles de eficiencia técnica operacional. Las características descritas generan que, en promedio, los beneficios y sueldos no sean los mejores; en los países desarrollados el promedio salarial en los sectores turísticos está entre los más bajos, en cambio en México llegan a estar un 30% más alto de la media nacional; es decir, la calidad del empleo cambia según el mercado laboral de cada país. Pero, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, los empleos en turismo son las principales oportunidades para la mayoría de las y los migrantes, tanto internacionales como internos, como es el caso de Quintana Roo.   

Por esas características de crear mucho empleo de baja calificación, es que el turismo se ha visto con mucha frecuencia como una alternativa viable al buscar opciones de desarrollo en diversos países y regiones. Recordemos que hace 60 años ante la obsolescencia de la industria henequenera y la debacle socioeconómica correspondiente, esa fue una de las razones para seleccionar la ubicación y hacer el proyecto Cancún con los objetivos principales de generar empleos y desarrollo regional, más el de generar divisas.

La pandemia del Covid 19, obligó a cada persona a hacer una reflexión existencial profunda, y ha tenido dos efectos en turismo: uno, el aumentar la demanda con la realización de esos viajes tanto tiempo pensados y postergados; por el otro lado, desde el enfoque de la oferta, la oportunidad de hacer un análisis a fondo del trabajo en su vida, añadiendo el último capítulo a la discusión descrita por Lipovetsky en su celebrado ensayo: El Crepúsculo del Deber, donde aborda la ética laboral en un mundo posmoderno en que el individualismo hace removerse las viejas éticas religiosas o políticas sobre el trabajo en la vida de las personas.

*Investigador del Depto. Turismo Sustentable, Gastronomía y Hotelería, Unicaribe.
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