El regreso de las compañías públicas al turismo


 

Voces Universitarias | Dr. Pedro Moncada Jiménez*  

El turismo es un sistema abierto y complejo que requiere la gestión pública y la privada, en ocasiones con funciones bien diferenciadas, en otras en cooperación y en algunas hasta en competencia. En estos días estamos presenciando una nueva era con cambios interesantes como el resurgimiento de empresas públicas en algunos sectores turísticos, pero con una filosofía de gestión muy particular, al menos en lo declarativo.

En el esquema clásico la empresa pública tiene como fin el atender a sus clientes y usuarios (eficacia) para un propósito social, aun sin necesariamente generar utilidades, a unos costos razonables (eficiencia) y con subsidios públicos si es necesario; por el lado de la empresa privada igualmente tiene como fin y medio de supervivencia el atender a sus clientes (eficacia) a un costo adecuado (eficiencia) para generar utilidades. Décadas atrás, cuando se imponía el pensamiento de “más mercado, menos estado” se estigmatizó a las empresas públicas como ineficientes y costosas, por el contrario, se glorificó a la empresa privada como el culmen de eficiencia y eficacia. Sobran las evidencias que rompen ese axioma, ya en la colaboración pasada, revisamos casos de éxito y fracaso de aerolíneas tanto públicas como privadas, pero hay más sectores del turismo en que está planteándose ese contraste público-privado.

La promoción de destinos, que tradicionalmente ha sido mediante esquemas de cooperación publico privados, financiados por impuestos pagados por las y los turistas, a través de OVC’s, Fideicomisos y Consejos de Promoción, tuvo su propia reingeniería al inicio del presente gobierno federal, ahora casi se ha apagado esa discusión.

Cancún, aunque hoy sea difícil de creer, en un principio arrancó con poca o nula participación de la iniciativa privada, que no creía en el proyecto. Ahora, ante la propuesta de que todas las reservas de tierra de Fonatur pasen a ser áreas naturales protegidas, se infiere la renuncia del estado a liderar grandes proyectos bajo su esquema más famoso que exitoso: los CIP’s. Tal vez los nuevos destinos turísticos surjan como Riviera Maya con germen en Playacar o Costa Mujeres que despegó con Playa Mujeres, es decir liderados por proyectos privados y el mercado, con las actuaciones públicas a remolque.

Curiosamente, a contrapelo de la renuncia anterior, en este sexenio, contra viento y marea se han desarrollado grandes proyectos de infraestructura turística que en más de una ocasión se habían frustrado en administraciones anteriores. El AIFA, el Aeropuerto de Tulum, el Tren Maya y otros de menor alcance, no era la primera vez que se planteaban, pero tal vez sea la primera vez que se inician y concreten en una administración.

La construcción de los hoteles del Tren Maya hace recordarnos los tiempos en que operaban cadenas estatales de alojamiento, de esos ayeres hay una ruina arqueológica turística en la zona hotelera de Cancún.

Si bien, no debe de asombrar la creación de empresas públicas en un gobierno federal declarado de izquierda y progresista, lo que si llama la atención es la filosofía con que se hace, no se enfatiza en la atención a una demanda social o un derecho humano que sólo el estado puede atender (que el turismo lo es, revisar Art. 13 y 24 de la DUDH); sino ante las deficiencias del mercado o simplemente porque se asume que se puede hacer mejor. Ya desde la construcción del AIFA destacó el relato de la eficacia en tiempo y eficiencia en calidad y costo de la construcción por agentes públicos, contrastándolo con las ineficiencias y negocios poco claros de la empresa privada o de asociaciones público-privadas. Pero en la celebración del primer año del AIFA destacan los ejes del discurso que muestran la nueva filosofía de gestión en la dirección de empresas públicas: competitividad de precios, calidad total, seguridad, eficiencia, eficacia, sustentabilidad y rentabilidad. El reto a la competencia para las empresas turísticas privadas con sus mismos dogmas. Interesantes tiempos nos tocan vivir.

*Profesor-Investigador, Turismo Sustentable y Gestión Hotelera, Universidad del Caribe.

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