Gestión estratégica en la era digital


 Voces Universitarias | Miguel Angel Olivares Urbina*

 Vivimos en una era donde el cambio es la constante. Las organizaciones, independientemente de su tamaño o sector, se ven inmersas en un entorno altamente dinámico, impulsado por el avance exponencial de la tecnología digital. Desde la inteligencia artificial hasta la automatización de procesos, las nuevas tecnologías han redefinido no solo la manera en que las empresas operan, sino también cómo piensan estratégicamente. En este contexto, la gestión estratégica ha dejado de ser un proceso periódico y estructurado para transformarse en una actividad continua, basada en datos, algoritmos y análisis predictivo.

Sin embargo, este giro digital no está exento de cuestionamientos. A pesar de las múltiples ventajas que representa la digitalización en términos de eficiencia, escalabilidad y acceso a información, cada vez se hace más evidente un fenómeno preocupante: la pérdida de humanidad en el diseño de las estrategias. La centralización excesiva en los datos, los modelos automatizados y la reducción de la incertidumbre mediante inteligencia artificial, podrían estar sustituyendo dimensiones humanas esenciales como la intuición, la ética, la empatía y el juicio contextual.

La era digital ha traído consigo una transformación profunda en todos los niveles organizacionales, desde las operaciones cotidianas hasta los procesos de toma de decisiones estratégicas. Estas transformaciones no solo implican el uso de nuevas herramientas, sino una redefinición del entorno competitivo, de los modelos de negocio y de la lógica bajo la cual se diseñan las estrategias. Entre los elementos más relevantes de este cambio destacan la digitalización de procesos, la automatización inteligente y la irrupción de tecnologías como el big data, la inteligencia artificial (IA) y el internet de las cosas (IoT).

En primer lugar, la digitalización ha permitido a las empresas aumentar su capacidad de recopilar, almacenar y procesar datos en tiempo real. Esta disponibilidad masiva de información ha llevado a lo que algunos autores denominan la “hiper-racionalización” de la estrategia (Brynjolfsson & McAfee, 2014), en la que los algoritmos reemplazan, en gran medida, la intuición de los líderes. Si bien esto puede aumentar la precisión en la toma de decisiones, también corre el riesgo de descontextualizar dichas decisiones al eliminar el componente subjetivo, histórico y cultural que caracteriza a las organizaciones humanas.

Por otro lado, la automatización ha reemplazado muchas tareas operativas y está comenzando a impactar también en procesos de diagnóstico y planificación estratégica. Tecnologías como el aprendizaje automático permiten generar escenarios estratégicos basados en simulaciones predictivas, reduciendo la necesidad de análisis cualitativos o deliberaciones colectivas.

Adicionalmente, la transformación del entorno competitivo también ha sido drástica. Los marcos tradicionales como PESTEL o las cinco fuerzas de Porter deben ser reinterpretados a la luz de un mercado que ya no se limita a actores locales o sectoriales, sino que se configura globalmente a través de plataformas digitales. Por ejemplo, empresas como Amazon, Alibaba o Airbnb han redefinido las barreras de entrada y poder de negociación mediante la innovación en modelos de negocio basados en datos y redes. La hipercompetencia, la desintermediación de procesos y la presión por la personalización inmediata han dado paso a un entorno en el que la ventaja competitiva ya no reside en recursos tangibles, sino en la capacidad de adaptarse y aprender más rápido que los demás.

No obstante, estas transformaciones también plantean desafíos. La excesiva dependencia de lo digital puede provocar un fenómeno de “miopía algorítmica” (Gillespie, 2014), en el cual se privilegia lo cuantificable por encima de lo significativo. Además, la falta de diversidad de pensamiento en los equipos que diseñan los algoritmos puede traducirse en sesgos estructurales, lo que cuestiona la legitimidad y justicia de muchas decisiones tomadas a partir de modelos automatizados.

En síntesis, la era digital ha modificado radicalmente el escenario donde se practica la gestión estratégica. Estos cambios exigen repensar no solo las herramientas utilizadas, sino también el rol del ser humano como estratega. La siguiente sección abordará los modelos teóricos contemporáneos que buscan responder a estos desafíos, incluyendo la herramienta HIAE 2.0 como un intento por integrar distintos enfoques en un marco adaptativo.

*Profesor-Investigador, Departamento de Economía y Negocios, Universidad del Caribe.

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