InnovACCIÓN | Por Marcela Gleizer*
Todos -o casi todos- los docentes hemos experimentado en algún momento de nuestra práctica profesional resistencia a la adopción de nueva tecnología. No importa que todos nuestros colegas nos aseguren las bondades de un nuevo programa, o de incorporar una plataforma diferente, o de cambiar a una versión más actualizada de la aplicación. Siempre hay buenas excusas para quedarnos en nuestra zona de confort. Nos sentimos más seguros teniendo todos los comandos bajo control. El esfuerzo a corto plazo parece mayor que cualquier ventaja futura que nos prometan alcanzar. Sin embargo, ya sea porque se trata de un cambio institucional obligatorio o porque de improvisto alguna herramienta tecnológica se vuelve indispensable para nuestro trabajo, más tarde o más temprano tomamos “la sartén por el mango”, dedicamos una tarde a ver tutoriales y nos ponemos a experimentar. No pasa mucho tiempo para que adoptemos con nuestros colegas más rezagados el mismo aire de superioridad que los docentes más aventurados tomaron previamente con nosotros: ¿Todavía no usas (insertar aquí la tecnología en cuestión)? ¡No es posible! ¡Si es una maravilla!
En algunos casos y momentos, la resistencia a adoptar nueva tecnología se agudiza. Ante la perspectiva de un nuevo ciclo escolar con clases en línea, algunos docentes, sobre todo quienes no habían incorporado aún la tecnología educativa a sus aulas, pueden sufrir de “tecnofobia”. Si es tu caso, no te preocupes. Aquí te recomendamos una serie de pasos, adaptando la propuesta de Lorna Keene, para que transites con éxito a las modalidades de enseñanza en línea:
1) Comienza poco a poco. No es necesario que introduzcas gran variedad de herramientas tecnológicas desde el primer día de clases. Ve incorporando nuevas herramientas sólo cuando las necesites y cuando sientas que ya manejas con soltura las que has estado utilizando.
2) Aprende junto con tus estudiantes. Eres experto en el tema de tu asignatura, pero no tienes por qué ser un experto en la tecnología. Permite que tus estudiantes más avanzados te orienten y asesoren. Seguramente disfrutarán hacerlo. Además, los estudiantes con menos experiencia se sentirán más acompañados al saber que compartirán contigo el proceso de aprendizaje de las herramientas tecnológicas.
3) Prepara un plan B. Si planeas utilizar una herramienta por primera vez, contempla que, aunque hayas practicado, algo pueda fallar. Ten a la mano una actividad alternativa para que puedas retomar el flujo de la clase sin que se afecten los resultados del aprendizaje.
4) Pide ayuda. No tienes que aprenderlo solo. Apóyate con expertos y docentes más experimentados. Crea una comunidad de aprendizaje junto con tus colegas (de tu institución, de tu área). Asómate a los foros donde docentes de todo el mundo están compartiendo sus mejores prácticas.
5) Juega, interactúa y explora. Toma algún tiempo para practicar sin exigirte demasiado.
6) Observa cómo funcionan las actividades y realiza ajustes continuos en el uso e incorporación de las herramientas. Pregúntate cómo se podrían obtener mejores resultados.
7) Autoevalúate periódicamente. Seguro en poco tiempo encontrarás que utilizas las herramientas con más confianza y habilidad. ¡La tecnofobia ha quedado atrás! Es momento de apoyar a algún colega que lo necesite.
*Maestría en Gestión e Innovación del Aprendizaje.
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