Consejos prácticos para el regreso a clases virtuales



InnovACCIÓN | Por Marcela Gleizer*

Lo que todos esperábamos que fuera un corto periodo excepcional comienza a alargarse más allá de lo esperado. La abrupta transición de clases presenciales a clases en línea obligó a los docentes de todo el mundo a adaptarse de manera precipitada a una nueva realidad. Ya sea que hayamos utilizado actividades sincrónicas, como las videoconferencias; o asincrónicas a través de alguna plataforma, nos vimos obligados a generar estrategias para responder a los siguientes interrogantes:

1) ¿Cómo transmitir de manera efectiva los contenidos del curso?

2) ¿Cómo comunicarme con los estudiantes? ¿Cómo los estudiantes van a comunicarse entre sí? 

3) ¿Cómo generar un sentido de comunidad y de pertenencia que favorezca el trabajo colaborativo? ¿Cómo mantener el interés y la motivación? Y por último

4) ¿Cómo evaluar el aprendizaje?

 Ante el incipiente inicio de un nuevo ciclo escolar donde seguiremos enseñando a la distancia, profesores de todas las latitudes están reflexionando sobre qué les funcionó en su experiencia reciente, y qué podrían hacer mejor. Aquí presento una recopilación de los consejos que me parecieron más útiles para considerar en la planeación de los cursos próximos a comenzar:

1. Utiliza la tecnología intencionalmente. Antes de incorporar una nueva herramienta tecnológica, cuestiona si realmente es necesaria y estipula claramente qué necesidad del curso ayuda a resolver. ¿De qué manera promueve que se alcancen los resultados del aprendizaje propuestos para el curso, la clase o la unidad? Asegúrate de que la tecnología está al servicio de los criterios pedagógicos (y no al revés).

2. Modela el uso de la tecnología. No asumas que todos los estudiantes son expertos. Da la oportunidad de practicar y equivocarse con ejercicios sencillos para que se familiaricen con las herramientas que se utilizarán en clase. Ten paciencia, sobre todo al inicio. Recuerda que no todos avanzan a la misma velocidad. 

3. Apóyate en recursos externos. La expectativa de trasladar todo el material del curso a contenidos digitales puede resultar abrumadora. Pero una rápida búsqueda en internet te llevará a encontrar gran cantidad de recursos abiertos (materiales didácticos con licencia para uso gratuito) como videos, mapas interactivos, infografías y actividades de gran calidad y atractivo, que están listos para utilizarse. Además de enriquecer el contenido de la clase, aportan variedad y dinamismo, facilitando que los estudiantes se mantengan involucrados. Siempre se pueden crear materiales ad hoc, pero te ahorrará mucho tiempo y esfuerzo si primero revisas lo que está disponible.

4. Dosifica la carga cognitiva: uno de los principios básicos para planear un curso en línea es segmentar la información para facilitar su asimilación. Es preferible utilizar dos videos de 5 minutos cada uno, con alguna actividad entre ambos, que un video de 10 minutos. Lo mismo vale para las clases por videoconferencia. Hay que evitar la “fatiga de zoom”, alternando periodos cortos de exposición con actividades interactivas. Mentimeter o Poll Everywhere son buenas opciones para mantener involucrada a la audiencia. Si aún no los pruebas te recomendamos que las explores.

5. Establece más de un canal de comunicación. Transmitir instrucciones claras y expectativas explícitas sobre lo que esperamos que los estudiantes realicen y logren con cada actividad es clave en cualquier contexto de enseñanza-aprendizaje, que requiere fundamental atención en la educación a distancia. Si abres una variedad de canales, hay más oportunidades de que la comunicación fluya en todas las direcciones. Un sistema de gestión del aprendizaje como Schoology o Google Classroom (que son gratuitos o tienen una versión gratuita) puede complementarse con algún sistema de mensajería (WhatsApp o Hagouts si prefieres no compartir tu número celular) y con el correo electrónico. También puedes organizar grupos cerrados en alguna red social. Repite las instrucciones en distintos medios: complementa una explicación verbal de la tarea con un texto o un video tutorial, para asegurarte de que las actividades sean entendidas. Establece espacios para comunicar y aclarar dudas.

6. Sé flexible. Si un estudiante no pudo entrar a la plataforma, que pueda enviar su tarea por correo. Que la tecnología sea un apoyo, no una fuente de tensión.

7. Incorpora juegos, diversión e innovación para mantener la motivación en los estudiantes. Los retos y la competencia suelen energizar las clases. Kahoot, Socrative y Quizzez son algunos ejemplos de aplicaciones útil para este propósito (pero no abuses de las mismas, porque pierde su impacto). Otra vez, no tienes que empezar de cero. Inspírate en las propuestas de colegas y comparte con los demás tus propias estrategias exitosas.

*Maestría en Innovación y Gestión del Aprendizaje, Universidad del Caribe

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