Evaluar para aprender: usos alternativos de los cuestionarios en línea (Parte 2)





Voces Universitarias | por Marcela Gleizer*

En la entrega anterior, hablamos de las herramientas tecnológicas que han adoptado los docentes para la evaluación del aprendizaje a distancia, una de ellas, la aplicación de cuestionarios en línea.

Aquí proponemos tres usos alternativos a los cuestionarios, alineados con el enfoque de "evaluar para aprender": usos que no necesariamente son "sumativos" sino "formativos", es decir, que utilizan la evaluación para crear oportunidades para que los estudiantes mejoren su desempeño.

1) Aplicar el cuestionario antes y después del desarrollo un tema.
Solicitar que los estudiantes respondan un cuestionario antes de un tema nuevo puede, por un lado, tener una función diagnóstica para el docente. Pero también tiene una función diagnóstica para el estudiante, a quien queda claro qué conocimientos ya tiene y también qué se espera que sea capaz de responder. Las neurociencias aplicadas a la educación nos dicen que el solo hecho de contar con las preguntas promueve que la mente se concentre en buscar las respuestas -ya sea que se trate de hacer una lectura, ver un video o escuchar una exposición-, favoreciendo un involucramiento mucho más activo con el contenido. Además, comparando las dos aplicaciones, los estudiantes tiene una clara percepción de cuánto ha aprendido, lo cual a su vez puede operar como un estímulo para seguir aprendiendo, y hacerlo mejor la próxima vez.

2) Después de responder un cuestionario de manera individual, responderlo nuevamente en equipos.
Es la puesta en práctica del viejo refrán “dos cabezas piensan más que una”. Los estudiantes tienen la oportunidad de reflexionar y debatir con sus pares sobre la mejor respuesta, y deben consensar una decisión, favoreciendo el trabajo colaborativo. Esto puede hacerse dando el resultado general del primer cuestionario (el número de aciertos, pero no cuáles respuestas fueron correctas y cuáles no), o sin entregar resultados de la aplicación individual. Después los estudiantes pueden comparar su desempeño individual y grupal, se pueden revisar las preguntas que resultaron tener mayor grado de dificultad y volver sobre los argumentos que hayan generado controversia.

3) Otro uso alternativo de los cuestionarios es que los propios estudiantes sean quienes los elaboren.
Esta es también una excelente actividad para trabajo en equipos. Al realizarla, los estudiantes suelen descubrir que para formular buenas preguntas se requiere de un dominio del tema aún mayor al que se necesita para responderlas.

¿Las preguntas son pertinentes?
¿Identifican cuestiones centrales?
¿Están expresadas de manera clara y precisa?
¿Se incluyen preguntas que requieran aplicar el conocimiento a resolver problemas de la disciplina?

Los equipos pueden intercambiar los cuestionarios que elaboraron, y al contestarlos evaluar por un lado sus propios conocimientos sobre el tema y, por otro, la calidad del instrumento que elaboraron sus pares.

Estas estrategias son algunas de las posibilidades para utilizar a los cuestionarios como herramienta para aprender: más que un fin en sí mismo, una excusa, apoyada por la tecnología, para detonar la reflexión y el pensamiento crítico.

*Integrante del núcleo académico de la Maestría en Innovación y Gestión del Aprendizaje, Unicaribe. Convocatoria abierta, consúltala en https://www.unicaribe.mx/posgrados

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