InnovACCIÓN |
El futuro en la educación es incierto para todos, pero
particularmente para los millones de estudiantes que se encuentran inscritos en
algún sistema educativo formal, pues la pandemia del COVID-19 fue un disruptor
abrupto de esta forma de educación. El esfuerzo de las instituciones educativas
formales para responder a ello, si bien loable, no ha estado exento de
problemas ni de altibajos. Sin embargo, podemos observar cómo día a día, surgen
innovaciones y nuevos modelos educativos tendientes a paliar estos problemas.
Iniciativas como HolonIQ (https://holoniq.com/), por
ejemplo, nos brindan datos que permiten observar tendencias firmes sobre cómo
pudiera evolucionar la educación superior a nivel mundial. Tal es el caso
expuesto en el artículo “Education 2030”, que prevé que el mercado educativo
mundial alcance al menos los 10 mil millones de dólares para 2030, basado en
que el crecimiento de la población en los mercados en desarrollo impulsa una
expansión masiva, al mismo tiempo que la tecnología se encarga de impulsar la
reutilización y la mejora de las competencias en las economías desarrolladas.
Entre otras tendencias se observa que en la próxima década
tendremos casi 800 millones más de graduados que en la actualidad, 350 millones
más tan sólo en educación superior. Las demografías de Asia y África son las
principales responsables de esta expansión. El mundo necesitará agregar 1.5
millones de maestros por año en promedio, acercándose a los 100 millones en
total para mantenerse al día con los cambios sin precedentes que se avecinan en
la educación en todo el mundo.
Para los docentes que impartimos clases en la carrera de
Gastronomía, el reto es aún mayor, ya que nuestra carrera es eminentemente
práctica, requerimos de la interacción sensorial (olfativa y gustativa), además
de la instrucción y seguimiento continuo a los estudiantes en los talleres. En
el proyecto terminal en proceso , (DOCENCIA REMOTA DE EMERGENCIA FRENTE AL
COVID-19 EN LA ACADEMIA DE ARTES CULINARIAS EN LA UNIVERSIDAD DEL CARIBE),
escrito por el autor de este artículo, se defiende la hipótesis de la utilidad
de videos realizados por el docente como un instrumento de enseñanza a
distancia, y la posterior retroalimentación obtenida por parte de los
estudiantes después de hacer entrega de las evidencias por parte de estos, una
solución concreta que nos permite observar los conocimientos adquiridos por el
estudiante para la elaboración de la receta.
Pero ¿qué hay del reto de la interacción sensorial de la que
hablábamos anteriormente? ¿cómo olerlo y probarlo? Investigadores de la Universidad de
Extremadura (UEx), desarrollaron un sistema que permite captar 15 distintos
tipos de olores mediante una nariz electrónica y transmitirlos a la distancia,
gracias a un dispositivo con capacidad de reproducirlos como si fuera un fax
que lo escanea y lo genera de la manera más parecida posible en el destino.
Otra de las alternativas propuesta en el proyecto, y que cubre la necesidad
latente de probar el alimento, es que el estudiante involucre a un número X de
personas que le sirvan al docente como jueces (crowd wisdom), al momento que
contestan un formulario en Google forms con características específicas.
En suma, muchos son los retos presentes en la educación a
distancia, pero hasta el momento, continuaremos con una educación híbrida
combinando las clases presenciales con clases a distancia.
* Maestría en Innovación y Gestión del Aprendizaje,
Universidad del Caribe.
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