Voces Universitarias | Dra. Mirbella Gallareta*
En la última década, la cadena de suministro ha dejado de ser un conjunto de procesos aislados y manuales para convertirse en un ecosistema interconectado y cada vez más automatizado. Este cambio ha sido impulsado por la digitalización, un proceso que transforma la manera en que las empresas planifican, ejecutan y optimizan el flujo de productos, información y finanzas desde el proveedor hasta el cliente final. Las tecnologías emergentes están revolucionando la gestión de la cadena de suministro, para obtener una visibilidad completa en tiempo real, responder con agilidad a los cambios del entorno y mejorar la toma de decisiones estratégicas y operativas.
Una de las herramientas más destacadas es el Internet de las Cosas (IoT), que permite conectar dispositivos y sensores para monitorear en tiempo real variables como ubicación, temperatura, condiciones de transporte y estado del inventario. Esta conectividad es fundamental para garantizar la trazabilidad y mejorar el control de calidad en toda la cadena.
Junto a ello, la Automatización Robótica de Procesos (RPA), la Inteligencia Artificial (IA) y el aprendizaje automático están transformando funciones clave como la predicción de la demanda, la planificación de inventarios y el mantenimiento predictivo de los equipos.
Estas tecnologías permiten anticipar necesidades y fallas, optimizando los recursos y reduciendo los tiempos de respuesta.
El análisis de datos y las soluciones de Business Intelligence (BI) complementan este ecosistema tecnológico al convertir grandes volúmenes de información operativa en conocimientos accionables. A través de tableros interactivos, los responsables logísticos pueden identificar cuellos de botella, evaluar el rendimiento de proveedores y adaptar sus estrategias con agilidad.
Otra innovación relevante es la tecnología de gemelos digitales, que crea representaciones virtuales en tiempo real de procesos físicos. En industrias como la automotriz, permite simular flujos de materiales y consumo energético, evaluando medidas de sostenibilidad antes de implementarlas. Esto favorece decisiones informadas que combinan eficiencia económica y responsabilidad ambiental.
En cadenas de suministro complejas, la tecnología blockchain comienza a desempeñar un papel clave al asegurar la transparencia, trazabilidad y autenticidad de las transacciones entre múltiples actores.
Diversas empresas ya han comenzado a aplicar estas soluciones. Ford, por ejemplo, utiliza sensores IoT y blockchain en sus fábricas para monitorear emisiones en tiempo real y corregir desviaciones de forma inmediata. Walmart ha incorporado IA y análisis predictivo para optimizar su red de distribución, anticipándose a la demanda y reduciendo costos logísticos, lo que ha mejorado significativamente la disponibilidad de productos, especialmente en temporadas críticas.
Estas tecnologías no solo impulsan la eficiencia operativa, sino que posicionan a las organizaciones frente a los desafíos de un entorno global cada vez más cambiante, competitivo y consciente del impacto ambiental. La digitalización de la cadena de suministro ya no es el futuro, es la realidad del presente convertida en una necesidad estratégica.
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