El Yin y el Yang de la Innovación Educativa


Voces Universitarias | Eduardo Suárez*

 La innovación educativa es un campo muy polarizado, en el que pueden identificarse dos posturas opuestas, aparentemente excluyentes. En un lado, el más llamativo y escandaloso, se encuentran los Campeones del Cambio, mientras que en el otro hallamos a quienes proponen una postura más mesurada, los Defensores de la Duración. Aunque parezca que estos dos bandos están enfrascados en una lucha a muerte, en realidad son las dos necesarias caras de una misma moneda, en la que el sol vale gracias a la presencia del águila y viceversa.

Cualquier aficionado al sol, o al águila, puede darse cuenta de que una moneda con dos soles, o dos águilas, no vale el doble ni sirve para tirar volados. Quizá aquí se encuentre la razón de la inevitable convivencia de estos íntimos adversarios, coexistencia que asegura tanto el cambio como su duración.

Los Campeones del Cambio están embelesados con las posibilidades de la creatividad, el emprendimiento y, particularmente, con su bala de plata: la disrupción. Este bando está muy influido por una visión educativa fincada en la innovación empresarial y la ideología mercantil. Son hijos de las altas escuelas de negocios, como la de Harvard, del economista Joseph Schumpeter y del teórico de los negocios Peter Drucker. Están convencidos de que la vida es un océano en imparable transformación y que para sobrevivir en él hay que adaptarse mediante el cambio permanente. Su lema es: el que cambia primero, pega dos veces en el aprendizaje.

Los Defensores de la Duración se sienten muy satisfechos con la estabilidad, la profundidad y, de manera especial, con su escudo mágico: la confianza. Este equipo debe su firmeza a la ciencia educativa, la replicabilidad y la cultura institucional de la calidad. Pertenecen a la tribu de la experiencia, liderada por gurús reconocidos, desde Confucio hasta Paulo Freire, pasando por María Montessori. Saben que ante un mar revuelto lo que se requiere es mantener el rumbo con una mano firme en el timón. Su lema es: no por mucho cambiar se aprende más temprano.

Para ejemplificar lo anterior, es posible imaginar una situación educativa actual: la ineludible necesidad de que las instituciones dedicadas a aprender y enseñar se tornen más incluyentes. La realidad en las escuelas ha sido la clasificación, la asignación y… la separación. Se perfila a un estudiante según ciertas características, se le da identidad en un grupo y se le diferencia así de otros estudiantes, de otros grupos. ¿Se debe romper con este esquema? ¿Qué pasaría si se incluye a quien no puede ser perfilado bajo las características de la clasificación tradicional, por ejemplo, a un estudiante con una discapacidad cognitiva?

Parecería que habría que escuchar con atención a los Campeones del Cambio. ¡Claro, hay que innovar ya, hay que ser incluyentes, para estar a tono con las transformaciones sociales actuales!, podrían decir. Los Defensores de la Duración podrían responder: Pero… ¿Cómo vamos a planear nuestras clases y a evaluar los aprendizajes frente a esta disruptiva variabilidad?

La clave de este falso dilema no estriba en darle la razón a ambos, ya que sin la fuerza de la disrupción una iniciativa así no sería llevada a cabo nunca y sin la permanencia estos cambios jamás fructificarían. El tesoro oculto se encuentra al darse cuenta de lo que puede ocurrir cuando aprendemos a vivir productivamente en este conflicto paradójico: descubriríamos, gracias a ambos bandos, que no sólo los estudiantes incluidos se benefician; es la institución incluyente la que recibe las mayores ganancias en aprendizajes no sólo significativos, sino además auténticos y contextualizados.

*Profeso-Investigador, Desarrollo Humano, Universidad del Caribe.

1 comentario:

  1. Interesting perspective! Balancing innovation with established educational principles is crucial. Change for change's sake isn't always progress. Reminds me how Pokerogue and Pokerogue Dex balances rogue-like elements with classic Pokémon gameplay. A well-designed Pokerogue Dex facilitates understanding the new dynamics, like adapting traditional Pokemon knowledge to a changing game. The need to blend innovation with time-tested strategies, creating something truly lasting and effective.

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