Voces Universitarias | Dr. Pedro Moncada Jiménez*
Ya se habían mostrado en plena pandemia, la política pro turismo de auto regulación de
desplazamientos y fronteras abiertas, las ofertas de sobrevivencia de muchos establecimientos de
alojamiento y del resto de la industria turística, la activación del trabajo en casa (home office), más
los atractivos, conectividad y otras condiciones del mercado turístico, hicieron que se potenciará
en el Caribe Mexicano una nueva modalidad de turismo: las tribus globales; que en lugar de
recluirse a realizar el trabajo en casa, buscaron hacerlo en entornos más placenteros. El grueso de
este segmento estaba conformado por “millenials” que le daban una vuelta al “bleasure”,
segmento que mezcla viajes de negocios y placer (por sus siglas en ingles), aunque también otros
segmentos que hacían turismo residencial en el caribe mexicano, quienes optaron por pasar en sus
segundas residencias esta coyuntura.
Ahora, en plena etapa post covid, USA y Alemania lideran la normalización del trabajo en
casa. En la nueva normalidad, Alemania, una sociedad que ya desde antes de la pandemia tenía en
la agenda pública el derecho al trabajo en casa, es de las primeras en las que se tienen datos sobre
el tema, el 24.3% de alemanes trabaja desde casa según un estudio reciente dado a conocer por la
Deustche Welle (DW). Esto ha generado un turismo de tribus globales, que tiene diferentes
manifestaciones en todo el globo. En Europa ha hecho que aparezca el turismo energético que
potencia destinos como Canarias, España, al ser más barato para lxs alemanes el pasar el otoño e
invierno en una renta vacacional o en sus segundas residencias, por el costo más bajo de los
energéticos y de vida en los destinos turísticos, disfrutando de un clima más benigno.
En México, destino principal de USA para turismo, tanto de escapadas de fin de semana
como de larga estancia, también se refleja este fenómeno creciente. Siendo los casos más
mediáticos el de las colonias Roma y La Condesa en CDMX, que están experimentando las
consecuencias ya conocidas de la gentrificación turística: inflación en restauración y alojamiento
turístico y residencial, desplazamiento de locales y cambio en el sentimiento de residentes
(turismofobia /overtourism). En los destinos de la frontera norte, la península de baja california y
otros, tierra dentro, como San Miguel de Allende, Chapala y en los destinos de costa, también se
ha resentido este aumento del turismo residencial con componentes mas jóvenes. Sin embargo, su
experiencia y carácter turístico les hace absorberlos sin mayor conflicto de momento.
El Caribe Mexicano no es la excepción, estudios realizados en años anteriores por el
Cuerpo Académico de Turismo y Sustentabilidad (CATS) de la Universidad del Caribe, han
evidenciado que segmentos invisibilizados como las Visitas de Familiares y Amigos (VFA), las
plataformas de alojamiento tipo Airbnb y el turismo residencial tienen magnitudes considerables,
que no se perciben dado el tamaño de los destinos masivos de la región. Por ello, la adecuada
regulación de las viviendas dedicadas a ofrecer alojamiento tanto a residentes como a turistas es
una medida postergada, de urgente abordaje, que debería de ayudar a evitar futuros problemas y
conflictos en una sociedad que nació, vive y vivirá del turismo.
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