Voces Universitarias | Dr. Pedro Moncada Jiménez*
Antonio Enriquez Savignac explicaba que para Cancún, al
estar alejado y con conectividad terrestre limitada con las grandes ciudades
del centro de México, la única manera de tener una entrada logística era el
aeropuerto internacional; por ello, junto con la zona hotelera (zona de
producción turística) y la ciudad de apoyo constituyeron los tres elementos base
del modelo del proyecto Cancún.
La conectividad es clave para el éxito de un destino
turístico, por ello es que ocupa un pilar importante en el Índice de
Competitividad de Viajes y Turismo (ICVT) del Foro Económico Mundial (FEM), que
en uno de sus indicadores mide la calidad de la infraestructura de transporte
aéreo tanto para vuelos nacionales como internacionales. En el informe 2019 del
ICVT, México ocupó el lugar 19, de 140 economías, con un 4.7 en escala de 7; en
el pilar de infraestructura de transporte aéreo tiene 4.0, debajo del 6.6 de
Canadá, 5.9 de USA y del 4.5 de Panamá en el continente americano.
Por ello es que la reciente inauguración del AIFA y la
perspectiva de que en el mediano plazo se tenga un nuevo aeropuerto en Tulum
vienen a apuntalar a los dos aeropuertos con mayor tráfico internacional: CDMX
y Cancún, ya que fortalecen sus sistemas aeroportuarios, tal como sucede en los
mayores capitales y áreas turísticas del mundo, donde no todos los flujos se
concentran en un solo aeropuerto, sino se distribuyen en una red. Así el AIFA
apoya a la competitividad turística de México, lo que se reflejara en el
próximo reporte del ICVT.
En el ámbito regional, el Aeropuerto de Tulum es bienvenido
por diversas razones. Primera: porque viene a desahogar al aeropuerto de Cancún,
para hacer más adecuado el viaje para los flujos turísticos que van a la
Riviera Maya y el centro del estado, dado que se considera que el rango de
influencia de un aeropuerto es de una hora de viaje, ya que más allá, acerca al
turista a un punto de malestar acumulado por las horas de viaje, más en viajes
intercontinentales, malogrando el inicio de su estancia. Así en el mediano y
largo plazo la distribución de vuelos entre los aeropuertos de Cancún y Tulum
harán más eficiente la llegada de turistas (recordar que en el caso del turista
es el cliente quien se acerca al producto, al contrario de otras industrias en
que el producto va a donde se encuentra el cliente).
Segunda razón: seguridad, el huracán Wilma demostró la
necesidad de tener un aeropuerto alterno cercano para evacuación de emergencia ante
un evento catastrófico. Tercera: actualmente, el aeropuerto de Cancún, muestra
evidentes signos de saturación, lo que lleva a los horarios restringidos para
los vuelos privados. Así, el nuevo aeropuerto de Tulum, asociado a la
ampliación del de Chetumal, permitirá al Caribe Mexicano tener un sistema
aeroportuario integrado que dé cobertura apropiada a sus destinos turísticos ahora
y en un futuro.
Porque en nuestro país y región mucho depende de las alas de
los aviones, es que estos proyectos de infraestructura aérea, en las zonas de
mayor demanda, son clave para la competitividad turística de México y de
Quintana Roo.
*Profesor-investigador del Depto. Turismo Sustentable,
Unicaribe.
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