¿Por qué es urgente implementar la Educación Sexual Integral en las escuelas?


Voces Universitarias | Pilivet Aguiar Alayola*

 Mientras Quintana Roo enfrenta olas de calor y debates económicos, un dato pasó casi desapercibido: nuestro estado está entre los cinco con más casos nuevos de VIH en México. Aunque tenemos una de las tasas más bajas de embarazo adolescente, el 8.5% de las jóvenes quintanarroenses son madres antes de los 19 años (INEGI, 2024).

Estas cifras no son inevitables. Podrían reducirse drásticamente con una herramienta probada: la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas. Pero cuando menciono este tema en conferencias, muchos padres reaccionan con temor: "¿Enseñarán pornografía?", "¿Promoverán la sexualidad temprana?". Nada más alejado de la realidad.

La ESI —avalada por la UNESCO, OMS y UNICEF— es un escudo protector basado en ciencia, derechos humanos y empatía. Estos son sus impactos reales:

1. Salud física: más que anticonceptivos.

Sí, la ESI reduce embarazos no planeados y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), al enseñar el uso correcto de preservativos. Pero también: rompe mitos mortales como que "la primera vez no hay riesgo" o "el VIH solo afecta a ciertos grupos"; y fomenta chequeos médicos: enseña a identificar síntomas de infecciones o ciclos menstruales anormales.

2. Autonomía corporal: el poder del "NO".

Previene abusos sexuales: 1 de cada 4 niñas y 1 de cada 6 niños sufren violencia sexual en México (ENAPEA, 2023). La ESI enseña que su cuerpo es suyo, y a reconocer situaciones peligrosas. Combate la culpa: "Si me tocaron sin consentimiento, ¿fue mi culpa?", la respuesta es clara: nunca.

3. Relaciones sanas vs. romances tóxicos.

¿Sabías que el 75% de las adolescentes víctimas de violencia en el noviazgo no la identifican? (INMUJERES, 2022): La ESI Desenmascara señales de control (celar su ropa, aislarlas de amistades). Promueve el respeto, no el "amor romántico" que justifica el sufrimiento.

4. Proyectos de vida, no destinos impuestos:

La ESI cuestiona mandatos como "los hombres no lloran" o "tu valor está en ser madre". Así, las jóvenes eligen por convicción, no por presión. Resultados:

-Más graduadas universitarias, menos deserción escolar por embarazos. 

-Hombres que expresan emociones sin violencia.

"Pero en mi casa ya les enseñamos", la familia es clave, pero no basta:

El 60% de adolescentes aprende de sexualidad en internet (pornografía incluida) o con amistades, (ENSANUT, 2021). La ESI da información verificada, no rumores. 

México necesita ESI ya. No es ideología: es prevenir muertes por SIDA, suicidios LGBTQ+ por acoso, o niñas obligadas a ser madres. Suecia lo hizo y redujo ITS en un 80% desde los 90.

Hablemos sin miedo: la ESI no sexualiza, protege. ¿De verdad preferimos seguir viendo noticias sobre embarazos infantiles o VIH, en lugar de actuar?

*Profesora-Investigadora, Depto. Desarrollo Humano Universidad del Caribe

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