Métodos de conservación de productos cárnicos desde casa


Voces Universitarias | Edgar Fernando Peña Torres*

 ¿Alguna vez has comprado carne y productos cárnicos y te has preguntado qué hacer para que dure más tiempo sin perder su calidad y seguridad? Conservar carne en el hogar es una práctica desde hace muchos años y con las técnicas adecuadas, nos permite disfrutar de estos productos por mucho más tiempo, evitando el desperdicio y ahorrando dinero.

El principal enemigo de la carne son los microorganismos, como bacterias y hongos, que la descomponen. Por lo tanto, los métodos de conservación actúan creando un ambiente donde estos gérmenes no puedan proliferar, ya sea mediante el frío, la eliminación de la humedad o el uso de aditivos. En este sentido, la refrigeración es la solución más común y al almacenar la carne entre 0°C y 4°C se ralentiza el crecimiento bacteriano. Este método es ideal para consumos a corto plazo, siendo fundamental colocar la carne en un recipiente hermético o envuelta para evitar que sus jugos contaminen otros alimentos. Para una conservación mucho más prolongada, la congelación se convierte en la opción ideal. A temperaturas de -18°C o menos, el agua dentro de la carne se convierte en hielo, lo que la vuelve inutilizable para los microorganismos. La clave para un buen resultado es un envasado correcto, utilizando bolsas aptas para congelación y eliminando todo el aire posible para evitar deshidratar la carne.

Además del frío, existen otros métodos tradicionales que han perdurado por su eficacia. El salado es una técnica ancestrales que extrae la humedad de la carne mediante la sal. Por lo que la sal crea un ambiente donde las bacterias no pueden sobrevivir. Otra técnica relacionada es la deshidratación o secado, que elimina el agua necesaria para la vida microbiana. Si antes se hacía al sol y al aire, como en productos como la carne seca y la cecina, hoy existen deshidratadores eléctricos permiten secar tiras de carne de forma controlada y segura.

Indistintamente del método elegido en nuestro hogar, la seguridad alimentaria es la máxima prioridad. La higiene durante la manipulación es fundamental, y si en algún momento la carne desarrolla un olor, color o textura extraños, la decisión más conveniente es desecharla. Es por ello que, conocer estas técnicas nos da un control en la cocina, reduce el desperdicio de alimentos y nos permite disfrutar de la carne y productos cárnicos con total seguridad cuando nosotros lo decidamos.

*Profesor Investigador del Departamento de Turismo Sustentable, Gastronomía y Hotelería. Universidad del Caribe

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