Y sin embargo, las universidades se mueven


Voces Universitarias | Por Rodrigo L. Guillén Bretón*

La vida universitaria se ha trastocado a la par de toda la vida social y económica de nuestra comunidad. Las instituciones educativas de todos los niveles, incluidas las universidades, han padecido de los efectos del distanciamiento social, derivado de nuestra fatal contingencia sanitaria. Sin embargo, lo que no se puede negar es que, pese a estas nuevas condiciones, el sector educativo, a golpe de tecnificación, ha continuado con su trabajo, en aras de cumplir su misión: ofrecer el servicio educativo a nuestra comunidad estudiantil. Muchos son los aspectos que se pueden criticar, pero nadie más consciente de las vicisitudes y sacrificios que las profesoras y los profesores que afrontan el reto. 


Un aspecto medular que las universidades deben preservar, pese a estas condiciones adversas, es aquel que define la identidad institucional desde el punto de vista educativo, y que sirve de guía para que las profesoras y los profesores garanticen el perfil de egreso de sus estudiantes. Esto es, aquellas características que le dan identidad a la forma de enseñar, en aras de garantizar el aprendizaje. A esto se le conoce como modelo educativo.


En términos generales, la mayoría de las universidades han definido su identidad y estilo basados en actividades comunitarias de convivencia, enmarcadas por las instalaciones del campus, en el que los espacios físicos son el área de acción de la educación. Los modelos educativos convencionales literalmente son presenciales. Tenemos que concurrir y hacer presencia académicos y estudiantes, para convivir y concretar la abstracción del modelo educativo. Esta forma de actuar nos proporciona unidad y sentido.


El distanciamiento social no solo implica el reto de seguir operando en condiciones no presenciales, sino además, se añade el reto de preservar la identidad, la unidad y el sentido de la comunidad universitaria, pero ahora a la distancia. Especial mención nos merece la incorporación de la tecnología informática y los servicios de comunicación, particularmente el servicio de Internet, que ha permitido mantener la operación de la vida universitaria. Sin la tecnificación, esto no se hubiera podido concretar.


La tecnología como intermediaria de la vida  universitaria representa, por una parte, la posibilidad de seguir ofreciendo los servicios educativos, pero por otra, ofrece el desafío de preservar la identidad, la cultura, los valores y las formas de la enseñar. Un poco más: no basta con reconocer lo poderosa que es la tecnología como una herramienta de supervivencia de la colectividad, sino también reconocer las condiciones que se requieren, y que deben confluir para que la mayoría de las y los integrantes de las comunidades universitarias tengan acceso a dicha tecnología.


Vaya complejidad; no solo entran en juego el modelo educativo, la voluntad férrea de las profesoras y profesores, así como la tecnificación; por añadidura, todo lo anterior debe aderezarse con las condiciones materiales, económicas, técnicas y de conocimiento que son necesarias, para que se pueda habilitar a la mayoría de las y los integrantes de la comunidad universitaria. Esto es, que todas y todos puedan tener acceso a la tecnología apropiada. El reto crece.


Y sin embargo, las universidades se mueven. Como se ha mencionado, muchas serán las críticas por la forma en la que trabajan al día de hoy; sin embargo, más son los aciertos que los errores, por lo que vaya un profundo reconocimiento por el esfuerzo que las y los universitarios realizan día con día.


Estamos en vísperas de que la mayoría de las universidades anuncien las convocatorias para sus procesos de evaluación y selección de aspirantes a nuevo ingreso. Afortunadamente, al día de hoy la oferta de programas educativos de licenciatura y posgrado es amplia, por lo que se invita a la juventud a participar, a sabiendas de que las universidades, pese a la adversidad están convencidas y ocupadas en garantizar los servicios educativos y en preservar sus modelos educativos.


La Universidad del Caribe publica su convocatoria este 9 de febrero para el Proceso de Ingreso 2021, en el sitio web http://www.unicaribe.mx/


*Secretario Académico de la Universidad del Caribe


1 comentario:

  1. Muy interesante artículo, sin duda las universidades y el mundo entero han enfrentado un gran reto y vale la pena reflexionar en la era postpandemia que viviremos en algunos años, sin duda muchas cosas no serán como lo fueron antes de este difícil evento. Un Saludo Dr. Rodrigo.

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