¿Qué son los Nodos de Impulso a la Economía Social y Solidaria?

¿Qué son los Nodos de Impulso a la Economía Social y Solidaria?

 


Voces Universitarias | Por Jazmín Garnica*

En junio pasado, llegó a la Universidad del Caribe una convocatoria del Instituto Nacional de la Economía Social (INAES) para participar en la conformación de un Nodo de Impulso a la Economía Social y Solidaria. Por instrucciones de nuestra rectora, la Dra. Ana Pricila Sosa Ferreira, un equipo de la Secretaría de Extensión y Vinculación elaboró un plan de trabajo, mismo que fue seleccionado para participar en un proceso de seis meses de conformación de la Red Nacional de Nodos de Impulso a la Economía Social y Solidaria." Pre Folio de registro SINCA_PNSS_20_00009_INAES.


Pero ¿Que es el INAES, un NODESS y la Economía Social y Solidaria? Es lo que intentaremos responder.

El Instituto Nacional de la Economía Social (INAES) es el órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Bienestar, mandatado por la Ley de Economía Social y Solidaria, Reglamentaria del Párrafo Octavo del Artículo 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en lo referente al Sector Social de la Economía (Sector), para instrumentar las políticas públicas de fomento y desarrollo del sector social de la economía. El INAES tiene entre sus funciones, “Promover la consolidación empresarial y el desarrollo organizacional de las diversas formas asociativas que integran este sector.

Una de las acciones estratégicas que el INAES plantea, es la conformación de una Red Nacional de Nodos de Impulso a la Economía Social y Solidaria (NODESS) donde se busca sistematizar las experiencias existentes, así como homologar conceptos y poner en común las diferentes prácticas y trabajos de actores que impulsan al sector. 

Los NODESS serán alianzas conformadas por al menos tres actores interesados en sumarse al impulso, promoción y el fomento de la economía social y solidaria: una instancia de gobierno; una institución educativa; y un Organismo del Sector Social de la Economía (OSSE). 

En este sentido de acuerdo a la Ley de Economía Social y Solidaria, las figuras legales del Sector Social de la Economía (SSE) son: Ejidos, Comunidades, Uniones de Ejidos, Uniones de Comunidades, Asociaciones Rurales de Interés Colectivo, Sociedades de Producción Legal, Sociedades Mutualistas, sociedades Cooperativas, entre otras. 


El NODESS liderado por la Universidad del Caribe está integrado de la siguiente manera:

 

  • La Universidad del Caribe como institución de Educación Superior.

  • La Dirección de Promoción Económica del Municipio de Lázaro Cárdenas, Quintana Roo como institución de gobierno.

  • Much Kaab - Sociedad Cooperativa de producción de miel apis, miel melipona, y productos de higiene a base de miel

  • Universidad Cooperativa de Innovación Comunitaria - Sociedad Cooperativa que proporciona servicios de educación.

  • Cooperativa Mar de las Antillas – Sociedad Cooperativa de Pescadores de la Zona Continental de Isla Mujeres y de servicios ecoturísticos de pesca deportiva y observación de flora y fauna 

  • Tianguis del Mayab – Productores organizados de la zona norte de Quintana Roo.


Con el objetivo de contribuir al desarrollo económico de comunidades rurales de estado a través de capacitación y acciones basadas en economía social y solidaria, que impulsen la diversificación económica y la identidad cultural regional, sumar esfuerzos y conocimientos que promuevan el comercio justo y solidario y favorezcan la producción y el consumo de productos originarios, preservar la cultura gastronómica local y promover la sustentabilidad para incidir de manera positiva en la calidad de vida de las personas.

*Jefa del Depto. Transferencia de Resultados de Investigación, Unicaribe.


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Universidades y paz

Universidades y paz

 



Voces Universitarias | Ing. Celina Izquierdo Sánchez*

Siendo presidente de la República Lázaro Cárdenas, y ante la discusión del presupuesto que requería la UNAM para su desarrollo, así como de los mecanismos para transferirle recursos y las condiciones para ello, se innovó una fórmula única en el mundo, en aquel momento: mediante el servicio social, la universidad, vía los universitarios, retribuiría al estado mexicano el apoyo que le brindaba para su sostenimiento. Una solución de ganar-ganar tanto para una institución que requería un gran impulso económico y una sociedad que demandaba la labor de estudiantes por graduarse en medicina, leyes, enfermería, ingeniería, agronomía, entre otras profesiones.

No cabe duda que esa inyección de talento a la sociedad fue una innovación. Hoy vale la pena recordar que las universidades no tendrían que estar justificando el presupuesto que necesitan ya que retribuyen cada centavo con creces vía servicio social entre otros mecanismos de transferencia, universidad-sociedad.

Sin embargo, las universidades viven limitaciones económicas cada vez más cruentas, cada año tienen que justificar los requerimientos económicos para atender con calidad a un número creciente de estudiantes, que además se les demanda inscribir.

Las universidades públicas tienen un mandato social a cumplir, de ellas se espera que formen profesionistas técnicamente capaces y con solidez ética como agentes de transformación; se espera que generen investigaciones, conocimiento, ciencia, interpretaciones que permitan entender las crisis y las potencialidades del mundo, y se espera, así mismo, que como tercera función tengan un fuerte vínculo con la sociedad de doble vía: Para conocer las necesidades específicas de la sociedad a la que se deben y que el resultado de su trabajo de investigación sea aplicado en la sociedad, se espera que encabecen procesos de transformación enfocados al bien común. El mandato social ubica a las universidades públicas también como mediadoras entre el gobierno y la sociedad.

Para decirlo con un lenguaje local, las universidades públicas son el mangle que da protección, y es el espacio académico para la formación de las crías de ciudadanos/as, profesionistas/as empresarios/as y funcionarios/as que éticamente continuarán con la formación de un país en democracia. Ante esta tarea no tendrían de ninguna manera que estar “justificando” su presupuesto, rendir cuentas sí, claro, pero la justificación es su propia existencia.

Un ejemplo: de la Universidad del Caribe, que recientemente ha cumplido 20 años, han egresado cinco mil jóvenes que hoy ya están transformando la forma de vivir, trabajar, y ver el mundo, desde la esfera laboral, ciudadana y familiar.

Otorgar los recursos suficientes para que las universidades cumplan su mandato social es mucho más que una inversión, -ya que la educación no es un servicio- es una estrategia de gran visión porque transforma a preparatorianos en ciudadanxs y profesionistxs, justo lo que requiere este país para transitar de la violencia y la pobreza, a un territorio de trabajo, esfuerzo y distribución justa, elementos indispensables para la paz.

*Secretaria de Extensión y Vinculación, Universidad del Caribe.


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Equidad, y no igualdad, frente a la catástrofe educativa

Equidad, y no igualdad, frente a la catástrofe educativa

  


InnovACCIÓN | Por Eduardo Suárez*

No es lo mismo igualdad que equidad. No son sinónimos. La igualdad puede ser muy injusta. ¿Cuál es la diferencia? Veamos.

El Banco Mundial identificó, al inicio de la pandemia, tres escenarios relacionados con la pérdida de aprendizajes debida al cierre obligado de los sistemas escolares: una reducción del promedio general de aprovechamiento en todos los niveles; el ensanchamiento en la distribución de los logros académicos, ocasionado por los efectos diferenciados de la crisis sobre la población; y un aumento significativo de estudiantes con rendimientos muy por debajo del promedio esperado, causado en gran parte por el abandono de la escuela.

En español de la calle: todos los estudiantes sufrirán las consecuencias, las niñas y los niños más pobres sufrirán más, y muchísimos de ellos y ellas ya no regresarán a la escuela. Es la descripción de la peor catástrofe educativa en la historia reciente.

La conclusión del Banco Mundial es estremecedora: más de la cuarta parte del estudiantado caerá por debajo del nivel mínimo de competencia requerido para poder participar productivamente en la sociedad. Y esto es solo el efecto del cierre de los sistemas escolares.

Por lo anterior, las soluciones a este problema de abrumadoras consecuencias generacionales no deben ser generales, sino diferenciadas. Otra manera de decirlo es que no puede usarse el racero de la igualdad, la misma solución para todos y todas, como la sugerencia de internet gratuito o financiamiento para adquirir computadoras, sino el de la equidad, que propone soluciones especiales para poblaciones que son distintas.

Por ejemplo, debe considerarse que las niñas y los niños con discapacidades casi no son tomados en cuenta en las estrategias de la educación a distancia. Requieren de cierto tipo de medidas, específicas para ellos y ellas. De muy poco les servirán el internet sin costo o poder comprar una tablet con facilidades.

Los aprendices más vulnerables generalmente tienen carencias muy severas en sus habilidades digitales, además de grandes restricciones en su acceso a equipo de cómputo y redes de comunicación. ¿De qué les servirán la gratuidad de conexión o una lap nueva si en su casa nadie puede enseñarles a usarlas?

Lo más probable es que estos niños y niñas, tan desfavorecidos y frágiles, carezcan de un lugar cómodo, con poco ruido y buena iluminación, para poder leer y estudiar, por no decir que tampoco cuentan con un apoyo mínimo de algún adulto para realizar sus tareas. Adultos que deben salir a trabajar en una situación muy riesgosa, que están cuidando a algún familiar contagiado o que están ya enfermos.

Las soluciones no están claras, porque el problema evoluciona de manera muy acelerada y poco previsible. Sin embargo, sí es posible establecer estrategias para enfrentar esta disrupción educativa: los niños y las niñas deben recibir atención prioritaria de la sociedad y el gobierno. Y los más indefensos entre ellos y ellas deben recibir la atención especial que merecen. Requieren no de igualdad, sino de equidad. Es su derecho.

*Maestría en Innovación y Gestión del Aprendizaje, Universidad del Caribe


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