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El logotipo de la Universidad del Caribe y la herencia maya

El logotipo de la Universidad del Caribe y la herencia maya

 Voces Universitarias | Roberto Parra Dorantes*

En mayo de 2001 se aprobó el Acuerdo del Rector en el que se definen los lineamientos para el uso del actual logotipo (o, más propiamente, imagotipo) de la Universidad del Caribe. Este se compone de una imagen rectangular en blanco y negro que incluye el nombre, el año de fundación, la ubicación y el lema de la institución, así como un diseño gráfico que, según dicho documento, representa a la deidad maya Hunab Ku. En palabras del mismo acuerdo: “Hunab Ku se ubica como la Unidad en el centro del calendario maya […] y evoca los procesos de polarización que conducen a nuevas escalas de valores, sistemas de creencias y filosofías, en la constante búsqueda de conocimiento, la verdad y la evolución del ser humano”. [1]

Con el tiempo, sin embargo, diversos estudios han mostrado que el diseño que aparece en este logotipo no tiene una conexión comprobada con la deidad Hunab Ku (la cual, según la tradición maya, no podía ser representada, por no ser corpórea [2]) ni, en general, con la cultura maya antigua. La asociación entre esta figura y Hunab Ku de hecho comenzó apenas a finales de los años ochenta, y encuentra su origen en un libro de José Argüelles (1939-2011), escritor, artista y profesor estadounidense de ascendencia mexicana.

En su libro The Mayan Factor, de 1987, Argüelles relata de manera franca cómo conoció este símbolo: durante una visita a Teotitlán del Valle, Oaxaca, cerca del sitio arqueológico de Monte Albán, en 1968, un vendedor de artesanías zapoteco que hablaba algo de inglés le mostró dos tapetes con el diseño y comentó: “Mire, los mexicanos antiguos también sabían del Yin y el Yang.” A partir de esa experiencia, Argüelles elaboró una versión estilizada de dicha figura y, sin mayor fundamento, la presentó en su libro bajo el título de “Hunab Ku”. [3] Con el paso de los años, su propuesta tuvo gran influencia en la difusión de visiones espiritualizadas del mundo maya en el movimiento New Age, aunque sin sustento sólido en fuentes históricas. Argüelles, quien experimentó asiduamente con sustancias psicodélicas desde los años sesenta, se encargó también de propagar interpretaciones controvertidas de la cultura maya relacionadas con el año 2012, e incluso llegó a afirmar que él mismo era la reencarnación del antiguo gobernante maya Pakal. [4]


(Imagen tomada del libro The Mayan Factor, de José Argüelles, p. 32)


Investigaciones posteriores han mostrado que el diseño reproducido por Argüelles en su libro aparece en el llamado Códice Magliabechiano, un documento del siglo XVI de origen mexica (no maya), conservado desde antes de 1700 en Florencia, Italia, y que permaneció relativamente desconocido hasta que fue publicado en facsímil por la arqueóloga Zelia Nuttall en 1903. [5] Es muy probable entonces que los tapetes que vio Argüelles en Oaxaca reprodujeran, de manera directa o indirecta, dicho diseño mexica, el cual corresponde en realidad a un motivo textil asociado al ornamento labial llamado tezacatl, símbolo de estatus y prestigio en contextos rituales. [6]



(Imagen tomada del Códice Magliabechiano, folio 5 v.)


Todo lo anterior sugiere que el símbolo ahora difundido internacionalmente como Hunab Ku no tiene un origen maya ni una relación auténtica con esa deidad. No obstante, es comprensible que, en el momento de la fundación de la Universidad del Caribe, se haya adoptado esta imagen como un intento de vinculación con la riqueza cultural de la región, y como una representación de unidad, equilibrio y conocimiento universal.

En septiembre de 2025, el vigésimo quinto aniversario de la Universidad del Caribe se presenta como una oportunidad valiosa no solo para celebrar los logros de nuestra comunidad, sino también para ejercitar una actitud autocrítica y abrir espacios de reflexión en torno a los símbolos que nos identifican. El logotipo institucional, que nos representa tanto hacia dentro como hacia fuera, puede ser visto como un punto de partida para fortalecer la conciencia histórica de la universidad y para preguntarnos cómo deseamos proyectarnos hacia el futuro. Abrir un diálogo informado que incluya a especialistas, estudiantes y miembros de comunidades mayas, en un marco de respeto mutuo, escucha y reflexión, puede ayudarnos a valorar si convendría mantenerlo, reinterpretarlo o renovarlo. Este ejercicio implicaría estar en disposición de reconocer con honestidad y humildad posibles equivocaciones del pasado, pero también nos ofrecería una nueva oportunidad de hacer justicia a la intención original de vincular la identidad de la institución con la riqueza cultural de nuestra región.


Será fundamental, en cualquier caso, que este proceso contribuya a abrir caminos para encontrar más y mejores maneras de incluir significativamente la herencia maya en nuestro presente universitario, y a forjar una identidad institucional más sólida, más consciente y más fiel al lema que nos identifica: “Conocimiento y cultura para el desarrollo humano.”

*Profesor-investigador, Universidad del Caribe


Referencias

[1] Universidad del Caribe. Acuerdo del Rector que establece las reglas para el uso del logotipo de la Universidad del Caribe. 2001. Disponible en:

https://drive.google.com/file/d/1fpE9_VIiSQxqCcFXp7uLdTf8e5e5WX60

[2] Cruz Cortés, N. Hunab Ku, revisión de una deidad en la Historia de Yucatán de fray Diego López Cogolludo. Estudios de Cultura Maya. 2019; 53:239-60. Disponible en:

https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-25742019000100239

[3] Argüelles, J. The Mayan Factor: Path Beyond Technology. Santa Fe (NM): Bear & Company; 1987. https://drive.google.com/file/d/1G6K_IWFaoUWZq4BpS7D0HK1W50hIvrsm

Versión en español:

https://drive.google.com/file/d/1PzWggHwVp2L0HZ1OdS47omagMSRxNSnc

[4] Hoopes, J.W. New Age Sympathies and Scholarly Complicities: The History and Promotion of 2012 Mythology. Archaeoastronomy. 2012; 24:183-205. Disponible en:

https://www.researchgate.net/publication/271019455_New_Age_Sympathies_and_Scholarly_Complicities_The_History_and_Promotion_of_2012_Mythology

[5] Nuttall, Z., editor. The Book of the Life of the Ancient Mexicans: Containing an Account of Their Rites and Superstitions. Berkeley: University of California Press; 1903. Disponible en:

https://drive.google.com/file/d/10TXQxnt31OETDOtWf9Rkc1nWYD31zGBw

[6] Sánchez Martínez, L. La sección de mantas rituales del Códice Tudela: un catálogo razonado. Tesis de maestría en historia. El Colegio Mexiquense; 2016. Disponible en:

https://www6.cmq.edu.mx/ridoc/components/com_chronoforms7/chronoforms/uploads/tesis_back/MH003008.pdf

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Las bebidas elaboradas con maíz: su presencia en la cotidianidad de los mexicanos

Las bebidas elaboradas con maíz: su presencia en la cotidianidad de los mexicanos

 Voces Universitarias | Por Elena Gamarra*

La riqueza cultural y gastronómica de nuestro país se manifiesta con la diversidad y aprovechamiento de los recursos naturales, técnicas culinarias , platillos y bebidas que le dan continuidad a nuestra presencia histórica. No es de extrañar entonces, que la presencia del maíz como sustento de los mexicanos, permanezca viva desde tiempos antiguos en la cotidianidad de los pueblos originarios y de la orbe nacional. Es mucho mas que un cultivo ordinario, manifiesta quienes somos y cómo ha sido nuestro paso y evolución a través de los años.

Las bebidas elaboradas a partir del maíz son varias y estas dependen del tipo de maíz, si se encuentra seco o fresco, si es parte de alguna festividad, ritual o pertenece a la cotidianidad, si es influenciada por cierto tipo de clima para su preservación, si se deben servír frías o calientes, si se adicionan otros ingredientes para complementarla, vaya son muchas variables que intervienen en la diversidad de bebidas hechas con maíz. Todos estos elementos, hacen que sea complicado contar con un inventario exacto sobre las bebidas existentes en México, se tiene un aproximado de 60 bebidas tradicionales. Algunos expertos han considerado , generar una división que permita cuantificar las bebidas a partir de su conservación en bebidas fermentadas y no fermentadas, algunos especialistas las catalogan por regiones, por ingredientes o por condiciones de uso ceremonial o ritual, festivo y cotidianas.

Para contextualizar , cuales son estas bebidas , me centrare en la propuesta de la clasificación de bebidas fermentadas y no fermentadas. Iniciare entonces con las bebidas de maíz fermentadas: en esta clasificación tenemos los atoles agrios, muy consumidos en la península de Yucatan, también en Puebla, Chiapas, Tlaxcala, y Oaxaca; el valor de esta bebida fermentada se centra en la gran cantidad de probióticos que contiene y que hace que sea un super alimento que ayude a la salud digestiva, este atole tiene un carácter social ritual y cotidiano.

El tejuino, es una bebida de maíz fermentado típica de la zona de Nayarit, Jalisco, Colima y se ha extendido hasta las costas de Mazatlán en donde ha sido una bebida de preferencia, su sabor es característico y agradable para los días calurosos, y resulta una fuente increíble de probióticos, minerales como magnesio, calcio, fósforo y potasio, bajo contenido graso y aminoácidos esenciales como lisina y triptofano.

El pozol, es una bebida tradicional de los estados de Tabasco y Chiapas, que se elabora con la masa de maíz nixtamalizado y ligeramente fermentada que se mezcla con cacao molido. Esta bebida es muy refrescante para el calor y proporciona energía.

La chicha de maíz, originaria de la frontera con Centroamérica, es elaborada con maíz que previamente se germina o se tuesta, hay muchos estilos y en ocasiones rituales que se hacen en su elaboración, esto dependerá del país o región en cuestión.

En el caso de las bebidas no fermentadas, tenemos un abanico de posibilidades, como los atoles de frutas, semillas como el cacao convirtiéndose así en champurrado, pueden ser dulces o salados; la masa de maíz es nixtamalizada y diluida en agua caliente, en donde la masa se cocina y espesa, es un gran alimento que nos da energía para el día, contiene aminoacidos esenciales como lisina y meionina, si es con leche se mejora el perfil proteico, es también rica en calcio, fibra y antioxidantes.

Tenemos ademas las bebidas refrescantes a base de maíz molido y tostado, que se le adicionan ingredientes como canela, azúcar y semillas como el tascalate, o el agua de pinole, que en estos dos casos se preparan como una alternatia refrescante para el calor, dentro de sus principales propiedades tenemos bajos contenidos grasos, proteínas vegetales menores, antioxidantes, fibra dietética, Vitaminas del complejo B, calcio y magnesio.

Lo que es un hecho es que a pesar de la globalización, del incremento de las bebidas industrializadas y azucaradas, nuestras bebidas siguen teniendo presencia en nuestra vida diaria, cumplen con funciones sociales, como propiciar espacios entre las personas, forman parte también de rituales, por eso es que no deben considerarse de poca relevancia, al contrario son manifestaciones vivas de nuestra cultura, es pilar de quienes somos. Su preservación y disfrute, debe permitirnos valorarlas, documentarlas y mantenerlas vidas en la cotidianidad. Así que a disfrutar de nuestras bebidas mexicanas.

*Profesora-Investigadora, Programa Educativo de Gastronomía, Universidad del Caribe.

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¿Educación disruptiva… o llamarada de petate?

¿Educación disruptiva… o llamarada de petate?

Voces Universitarias | Eduardo Suárez*

La educación, aunque puede tener aspectos empresariales, no debe reducirse a un simple negocio. Hay una notable diferencia entre producir zapatos y formar ingenieros; en el primer caso es suficiente la intención de obtener utilidades, mientras que ese mismo propósito no sería aceptado como motor principal de una universidad, ni por los aprendices ni por sus familias.

Sin duda alguna, en una lógica mercantilista quien pega primero con un producto innovador pega dos veces. Es claro por qué: los consumidores están ávidos de sensaciones nuevas y muy dispuestos a gastar su dinero para satisfacer su hambre de originalidad.

El objetivo del innovador comercial consiste en ganar una feroz competencia mediante la operación, disruptiva, de ser el primero en colocar un producto en el mercado, para desestabilizarlo a su favor y así dominarlo. Si saca completamente a los demás competidores del juego, y se convierte en el único proveedor, tanto mejor.

Comercialmente, es deseable revolver el río tanto como se pueda para que algunos pescadores se forren de billetes, aunque otros mueran de hambre.

También sin duda alguna, en una lógica educativa esto no tiene sentido. La novedad, por sí misma, no llena de satisfacción ni a aprendices ni a instructores; y lo último que se desea es el dominio de un único proveedor o la revoltura del “río” educativo.

El objetivo primordial de la educación no es, ni puede ser, obtener la mayor ganancia económica posible. Por lo mismo, la disrupción educativa, aunque tiene un lugar en los esfuerzos innovadores, no puede tener la meta de generar un pequeño puñado de pescadores ganadores y una apestosa tonelada de peces muertos.

Debido a este enorme contraste, la innovación educativa no puede abordarse de la misma forma que las innovaciones comerciales. Sin embargo, esto es lo que ha venido sucediendo: en muchas instituciones educativas se ha equiparado innovación con disrupción, novedad con calidad y exaltación con profundidad.

La innovación educativa, para cumplir cabalmente con su cometido formador, debe estar fincada en la consideración a largo plazo de su impacto, particularmente sobre los más vulnerables. Además, debe arraigar en una conciencia profunda de las necesidades que la generan. Sin esta intención, la innovación se reduce a un juego de espejos y de relumbrones.

Además, es ineludible atender con mucho cuidado el contexto que ha de acunar a las novedades educativas. La intempestiva adopción de una innovación por parte de la cúpula directiva, sin la debida consulta a las partes actoras involucradas, generará una cadena de problemas de tiempo, eficiencia y, sobre todo, de confianza. Sin esta atención plena a los procesos y actores del cambio, la innovación será una llamarada de petate, una que bien puede ocasionar un lamentable incendio.

Finalmente, la innovación educativa requiere de una firme actitud. Es necesario superar la infatuación con la novedad para poder implementarla de una forma más objetiva y socialmente responsable, a partir del frio análisis de datos y de una permanente indagación.

Es ineludible innovar a fondo nuestro sistema educativo. También, dejar de cambiar por la efímera, y poco reflexiva, emoción que proporciona lo nuevo.

*Profesor de la Maestría en Innovación y Gestión del Aprendizaje, Unicaribe.

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La Apicultura en Quintana Roo

La Apicultura en Quintana Roo

Voces Universitarias | Chef Juan Carvajal*

 La apicultura en la península de Yucatán es de gran importancia tanto en los ámbitos económico, social como ambiental. Yucatán y Campeche son los principales productores de miel en México dejando muy lejos al estado de Quintana Roo. En el rublo como productor de miel, tanto Yucatán como Campeche siempre han exportado la mayor parte de su producción, especialmente a Europa, gracias a la alta calidad del producto. La producción de miel es una fuente clave de ingresos para más de 11,000 apicultores en la región en ambos estados, no así en el nuestro, esta actividad sigue contribuyendo al desarrollo económico de las comunidades rurales, en particular mediante la participación de mujeres en la actividad.

Desde el punto de vista ambiental, las abejas juegan un papel esencial en la polinización de más del 70% de los cultivos en el mundo, lo que subraya su relevancia para la seguridad alimentaria global. Además, la actividad apícola en la península tiene un componente cultural y ecológico significativo. La Alianza Maya por las Abejas busca preservar la biodiversidad local, proteger los ecosistemas como la selva y mantener el uso sostenible de los recursos naturales.

En Quintana Roo, existen muchos esfuerzos de apicultores que, unidos en cooperativas luchan por ser escuchados por las autoridades, a fin de poder desarrollar la apicultura y así ponerse a la par con sus vecinos peninsulares, tanto en importancia, como en producción y exportación; sin embargo, también hay un problema de rezago en la falta de tecnología, que los pueda ayudar para mejorar la recolección y asimismo la producción. Como consecuencia, el abasto a los grandes consumidores los rebasa y eso provoca que muchos de estos grandes compradores prefieran miel envasada por los price clubs, a precios competitivamente imposibles de sostener, quedando únicamente en el consumo de la población local, que empeora la situación.

Es necesario revalorizar este producto y la actividad de estos apicultores, que necesitan del apoyo del consumo local, de la industria gastronómica quintanarroense, de la hotelería y los comercializadores de productos alimentarios.

Solo así Quintana Roo será a la par de Yucatán y Campeche, un productor significativo de miel peninsular.

En resumen, la apicultura no solo es una actividad económica estratégica en la península, sino que también fortalece la cohesión social y la protección ambiental, promoviendo prácticas sostenibles que benefician tanto a las comunidades como a los ecosistemas locales.

Cierro con esta frase que aprendí de los apicultores norteamericanos, “NO BEE, NO HUMAN BEING” (Sin abeja no hay ser humano).

*Profesor-Investigador en Gastronomía, Universidad del Caribe

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El Yin y el Yang de la Innovación Educativa

El Yin y el Yang de la Innovación Educativa

Voces Universitarias | Eduardo Suárez*

 La innovación educativa es un campo muy polarizado, en el que pueden identificarse dos posturas opuestas, aparentemente excluyentes. En un lado, el más llamativo y escandaloso, se encuentran los Campeones del Cambio, mientras que en el otro hallamos a quienes proponen una postura más mesurada, los Defensores de la Duración. Aunque parezca que estos dos bandos están enfrascados en una lucha a muerte, en realidad son las dos necesarias caras de una misma moneda, en la que el sol vale gracias a la presencia del águila y viceversa.

Cualquier aficionado al sol, o al águila, puede darse cuenta de que una moneda con dos soles, o dos águilas, no vale el doble ni sirve para tirar volados. Quizá aquí se encuentre la razón de la inevitable convivencia de estos íntimos adversarios, coexistencia que asegura tanto el cambio como su duración.

Los Campeones del Cambio están embelesados con las posibilidades de la creatividad, el emprendimiento y, particularmente, con su bala de plata: la disrupción. Este bando está muy influido por una visión educativa fincada en la innovación empresarial y la ideología mercantil. Son hijos de las altas escuelas de negocios, como la de Harvard, del economista Joseph Schumpeter y del teórico de los negocios Peter Drucker. Están convencidos de que la vida es un océano en imparable transformación y que para sobrevivir en él hay que adaptarse mediante el cambio permanente. Su lema es: el que cambia primero, pega dos veces en el aprendizaje.

Los Defensores de la Duración se sienten muy satisfechos con la estabilidad, la profundidad y, de manera especial, con su escudo mágico: la confianza. Este equipo debe su firmeza a la ciencia educativa, la replicabilidad y la cultura institucional de la calidad. Pertenecen a la tribu de la experiencia, liderada por gurús reconocidos, desde Confucio hasta Paulo Freire, pasando por María Montessori. Saben que ante un mar revuelto lo que se requiere es mantener el rumbo con una mano firme en el timón. Su lema es: no por mucho cambiar se aprende más temprano.

Para ejemplificar lo anterior, es posible imaginar una situación educativa actual: la ineludible necesidad de que las instituciones dedicadas a aprender y enseñar se tornen más incluyentes. La realidad en las escuelas ha sido la clasificación, la asignación y… la separación. Se perfila a un estudiante según ciertas características, se le da identidad en un grupo y se le diferencia así de otros estudiantes, de otros grupos. ¿Se debe romper con este esquema? ¿Qué pasaría si se incluye a quien no puede ser perfilado bajo las características de la clasificación tradicional, por ejemplo, a un estudiante con una discapacidad cognitiva?

Parecería que habría que escuchar con atención a los Campeones del Cambio. ¡Claro, hay que innovar ya, hay que ser incluyentes, para estar a tono con las transformaciones sociales actuales!, podrían decir. Los Defensores de la Duración podrían responder: Pero… ¿Cómo vamos a planear nuestras clases y a evaluar los aprendizajes frente a esta disruptiva variabilidad?

La clave de este falso dilema no estriba en darle la razón a ambos, ya que sin la fuerza de la disrupción una iniciativa así no sería llevada a cabo nunca y sin la permanencia estos cambios jamás fructificarían. El tesoro oculto se encuentra al darse cuenta de lo que puede ocurrir cuando aprendemos a vivir productivamente en este conflicto paradójico: descubriríamos, gracias a ambos bandos, que no sólo los estudiantes incluidos se benefician; es la institución incluyente la que recibe las mayores ganancias en aprendizajes no sólo significativos, sino además auténticos y contextualizados.

*Profeso-Investigador, Desarrollo Humano, Universidad del Caribe.

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El servicio, clave en el posicionamiento de una empresa turística y gastronómica

El servicio, clave en el posicionamiento de una empresa turística y gastronómica

Voces Universitarias | Angelica Sterling*

 Una de las herramientas más potentes para posicionar una marca, lograr la fidelización y repetición de compra en un negocio, es el servicio. A diferencia de los productos, el concepto e inclusive los precios, el servicio, al ser brindado por personas es más difícil de igualar, por lo que se puede convertir en el elemento diferenciador de la marca y representar la ventaja competitiva que le ayude a estar por encima de sus competidores.

Para brindar un servicio de calidad, es necesario que las personas tengan la actitud, disposición y capacidad para hacerlo y, aunque en algunas ocasiones esto surge de manera natural, en la gran mayoría es algo que se debe aprender, practicar y entrenar todos los días. Para ello, el trabajo de la organización en la disposición de los espacios, tiempo, capacitaciones y recursos para que las personas adquieran estos conocimientos, habilidades y capacidades es primordial, sin embargo, cada vez son más las empresas que descuidan este aspecto, enfocándose más en la reducción de costos que en conseguir la satisfacción de sus clientes.

Actualmente la digitalización ha permitido que, en grupos, comunidades, espacios redes sociales y sitios de reseñas como Trip Advisor, las personas puedan describir libremente su experiencia y dar recomendaciones, o no, para otros usuarios. Ya las experiencias de servicio no se quedan en el interior de la empresa o en el momento, trascienden más allá inclusive de la localidad y pueden internacionalizarse de manera inmediata, creando una imagen positiva, o negativa, del negocio que influye directamente en la elección de compra.

¿Cuesta mucho brindar un servicio de calidad? Comparado con lo que cuesta atraer clientes para después perderlos, el costo es significativamente menor. Se trata de establecer dentro de los valores de la organización la pasión por el servicio y que ésta se refleje no solamente hacia los clientes, sino también entre los y las colaboradoras, en todos los puestos y funciones, en todos los procesos y todas las operaciones.

Es tan fácil como tener disposición para que los y las clientes tengan una experiencia agradable y placentera durante su consumo o estancia. Lograr que los y las colaboradoras tengan el compromiso interno, los conocimientos y capacidades para realizar acciones que logren la satisfacción de quienes consumen o se hospedan en el establecimiento. Capacitarles de tal forma que la pregunta en su mente no sea cómo decir que no, sino cómo hacer para satisfacer las necesidades, deseos y expectativas expresadas por consumidores y clientes antes, durante y después de su consumo o estancia sin que la operación y rentabilidad de la empresa se vean afectadas, logrando así su satisfacción.

Específicamente en la industria turística y gastronómica, donde abunda la competencia, enfocarse en ofrecer un servicio de calidad que cubra las expectativas de los consumidores, no es solamente un proceso más, es la acción que puede representar el éxito del negocio o la desaparición del mismo.

*Profesora-Investigadora, Programa Educativo de Gastronomía, Unicaribe.

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Turismo y cerveza artesanal: creatividad que fermenta cultura

Turismo y cerveza artesanal: creatividad que fermenta cultura


Voces Universitarias | Damayanti Estolano Cristerna*

 Para muchos, leer turismo y cerveza en la misma frase puede que evoque fiesta. Sin embargo, esta fusión va mucho más allá. Desde los 80 y 90, las industrias creativas y culturales -conocidas como Economía Naranja en Hispanoamérica y el Caribe- se conceptualizan como actividades económicas que generan y comercializan creatividad, conocimiento, información e ideas. En ellas, se encuentran la gastronomía, el diseño, la música, y las artesanías, que nutren el turismo creativo: un turismo que no solo observa, sino que participa, aprende y conecta con la cultura local del destino que visita. Las experiencias auténticas que dejan huella en su viaje apoyan directamente a artesanos, emprendedores y artistas locales, fortaleciendo la economía y el tejido social (traducido a sostenibilidad).

El turismo creativo también se alinea estrechamente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, especialmente con el ODS8 (trabajo decente y crecimiento económico) y el OSD12 (producción y consumo responsables). Ambos promueven políticas turísticas sostenibles que valoren los productos autóctonos y fomenten el empleo local. En este marco, el turismo creativo revitaliza tradiciones y oficios, crea mercados para productos locales y desarrolla rutas temáticas que atraen visitantes interesados en experiencias culturales genuinas, como las rutas del vino, del tequila y, por supuesto, de la cerveza artesanal.

La cerveza artesanal es mucho más que una bebida: es el reflejo de la comunidad y artesanos que la crean. Cada cervecería artesanal narra historias, integra ingredientes locales, refleja la pasión de quienes la producen. Estas cervecerías se han convertido en un ejemplo de turismo sostenible. En ciudad pequeñas, generan empleos, atraen turismo gastronómico, impulsan festivales (ya en ciudades grandes) y promueven circuitos de degustación que dinamizan la economía local con mínimo impacto ambiental.

Lejos de los excesos, quienes disfrutan la cerveza artesanal buscan calidad y autenticidad. Degustan sabores innovadores y exploran maridajes guiados por expertos, convirtiendo la visita a la cervecería en una experiencia cultural y educativa. Su precio, si bien más elevado que el de la cerveza industrializada, conlleva a un consumo moderado, lo que refuerza la lógica de la sostenibilidad: menos cantidad, más calidad, acompañado de un impacto positivo en los social, económico y ambiental.

Así, la próxima vez que sostengas un vaso de cerveza artesanal, pregúntate ¿qué pedacito de historia estás probando?, ¿qué arte estás experimentando?, ¿qué territorio representan sus ingredientes? Para quienes aún no lo saben una cerveza artesanal se produce en pequeña escala, con ingredientes de alta calidad y sin aditivos industriales; se elabora mediante procesos tradicionales y suele incorporar creatividad en sus estilos y recetas, adoptando ingredientes locales o de temporada.

*PTC Departamento de Turismo Sustentable, Gastronomía y Hotelería

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El viajero del siglo XXI: explorador digital en busca de experiencia únicas

El viajero del siglo XXI: explorador digital en busca de experiencia únicas



Voces Universitarias | Dra. Sandra Guerra Mondragón*

 ¿Has escuchado frases como “la aventura la diseñas tú” o “sé tu propio agente de viajes”?. En la era de la digitalización turística, estas ideas son más que simples slogans: son el reflejo de cómo la tecnología ha transformado la forma en que exploramos el mundo. Hoy, viajar no solo consiste en llegar a un destino; se trata de crear experiencias personalizadas, compartirlas en tiempo real y convertir cada momento en un recuerdo que vive tanto en nuestra memoria como en las redes sociales. La revolución digital ha puesto el control del viaje en manos del propio viajero, redefiniendo lo que significa descubrir el mundo.

Las agencias de viajes tradicionales, aquellas que antaño dominaban el mercado, han visto cómo su protagonismo se desvanece ante el auge de aplicaciones, redes sociales y blogs. El viajero moderno, armado con un smartphone, es ahora el propio arquitecto de su experiencia: desde la planificación hasta el último detalle. Plataformas como Google Maps o Facebook no solo hacen más fácil el recorrido, sino que conectan historias de viajeros de todo el mundo, creando una red global de vivencias compartidas.

La tecnología también ha cambiado la forma de recorrer y disfrutar los destinos. Apps de geolocalización como Waze o Google Maps nos guían con precisión en tiempo real, mientras que redes sociales como Instagram y TripAdvisor nos permiten mostrar nuestras aventuras al instante y, de paso, inspirar a otros. Este fenómeno ha obligado a la industria turística a transformarse, adoptando soluciones digitales y ofreciendo servicios cada vez más personalizados. En este nuevo escenario, lo que marca la diferencia no es solo el lugar, sino las emociones que genera.

Hoy, el turista no busca únicamente un servicio; busca experiencias que le hagan vibrar. Quiere autenticidad, momentos únicos que recordar y compartir con el mundo. Esta necesidad ha hecho que aspectos como la interacción social y la calidad emocional del viaje cobren una importancia crucial. La pandemia, además, actuó como catalizador, acelerando la digitalización del turismo y reforzando la búsqueda de inmediatez.

Y mientras avanzamos hacia el futuro, la tecnología sigue siendo el gran protagonista. La realidad aumentada y la inteligencia artificial prometen transformar aún más la manera en que vivimos el turismo. Pero no se trata solo de implementar herramientas sofisticadas: el verdadero desafío radica en utilizarlas para satisfacer las crecientes expectativas de un viajero exigente, creando momentos inolvidables que trasciendan el tiempo y el espacio.


*Coordinadora del Programa Educativo de Turismo Sustentable y Gestión Hotelera de la

Universidad del Caribe.

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¿Es correcto todo lo que es legal?

¿Es correcto todo lo que es legal?

Voces Universitarias | Roberto Parra*

 En el centro de Belgrado, capital de Serbia, sigue actualmente en pie un edificio en ruinas: la antigua sede del Ministerio de Defensa de la ex Yugoslavia, bombardeada por la OTAN en 1999. Este lugar ha sido preservado tal como está durante más de un cuarto de siglo como un sitio de memoria nacional, como un testimonio físico de la violencia de la guerra y del sufrimiento humano. El edificio ha sido reconocido oficialmente como patrimonio histórico nacional, protegido por leyes que impiden su demolición o alteración. Sin embargo, en los últimos meses se ha intentado convertir este espacio con enorme valor simbólico en un proyecto inmobiliario (vinculado al apellido Trump) que incluiría un hotel y una torre de departamentos de lujo. El proyecto recibió la aprobación del gobierno en las últimas semanas, solamente para que después se descubriera que el permiso legal que autorizó la supresión del estatus patrimonial del edificio había sido falsificado, según han reconocido ya las propias autoridades del país.

Este caso, que ha generado indignación y protestas masivas en Serbia, puede servirnos como punto de partida para una reflexión más amplia sobre la ética pública, los derechos humanos y la función de la ley en una sociedad democrática. El ejemplo ilustra muy claramente los riesgos de asumir, como proponía Albert Z. Carr en su ensayo clásico “¿Es ético el engaño en los negocios?” (Harvard Business Review, enero de 1968), que lo correcto en el mundo empresarial debe entenderse simplemente como aquello que es legal.

Esta postura, que Carr defiende como una lógica propia del “juego de los negocios”, se convierte en una pendiente resbaladiza cuando se traslada al ámbito público.

En una democracia, las leyes y el actuar de las autoridades deben expresar y proteger los valores éticos compartidos por la sociedad. No es la legalidad la que define lo que es bueno o malo para una sociedad democrática, sino justo al revés: lo que una comunidad considera justo y digno es lo que debe orientar la creación y la interpretación de sus leyes. Si invertimos esta relación y comenzamos a creer que todo lo legal es automáticamente bueno, abrimos la puerta para que quienes tienen más poder económico influyan de manera indebida en el actuar de las autoridades y en el diseño de las leyes, comprando voluntades y modificando normas en su propio beneficio.

El caso serbio es una muestra muy actual de lo que sucede cuando se permite que el dinero interfiera en la preservación de la memoria colectiva y en el respeto a bienes públicos que pertenecen simbólicamente a toda una nación. Si un edificio que representa el dolor de una guerra reciente puede ser destruido mediante un permiso falso, con tal de facilitar una inversión privada, ¿qué impide que otros espacios protegidos, recursos naturales o derechos fundamentales sigan el mismo camino?

Por ello, una sociedad democrática debe tener estándares éticos claros, previos y superiores a la ley positiva, que le sirvan de guía para limitar tanto el poder del Estado como el de los actores económicos más poderosos. La ley no debe ser un instrumento disponible para quien pueda pagarla, sino una barrera firme que proteja el interés común, los derechos humanos y la dignidad de todas las personas.

*Profesor-Investigador del Depto. Desarrollo Humano, Universidad del Caribe

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Digitalización de la Cadena de Suministro: del papel al algoritmo

 Digitalización de la Cadena de Suministro: del papel al algoritmo


Voces Universitarias | Dra. Mirbella Gallareta*

 En la última década, la cadena de suministro ha dejado de ser un conjunto de procesos aislados y manuales para convertirse en un ecosistema interconectado y cada vez más automatizado. Este cambio ha sido impulsado por la digitalización, un proceso que transforma la manera en que las empresas planifican, ejecutan y optimizan el flujo de productos, información y finanzas desde el proveedor hasta el cliente final. Las tecnologías emergentes están revolucionando la gestión de la cadena de suministro, para obtener una visibilidad completa en tiempo real, responder con agilidad a los cambios del entorno y mejorar la toma de decisiones estratégicas y operativas.

Una de las herramientas más destacadas es el Internet de las Cosas (IoT), que permite conectar dispositivos y sensores para monitorear en tiempo real variables como ubicación, temperatura, condiciones de transporte y estado del inventario. Esta conectividad es fundamental para garantizar la trazabilidad y mejorar el control de calidad en toda la cadena.

Junto a ello, la Automatización Robótica de Procesos (RPA), la Inteligencia Artificial (IA) y el aprendizaje automático están transformando funciones clave como la predicción de la demanda, la planificación de inventarios y el mantenimiento predictivo de los equipos.

Estas tecnologías permiten anticipar necesidades y fallas, optimizando los recursos y reduciendo los tiempos de respuesta.

El análisis de datos y las soluciones de Business Intelligence (BI) complementan este ecosistema tecnológico al convertir grandes volúmenes de información operativa en conocimientos accionables. A través de tableros interactivos, los responsables logísticos pueden identificar cuellos de botella, evaluar el rendimiento de proveedores y adaptar sus estrategias con agilidad.

Otra innovación relevante es la tecnología de gemelos digitales, que crea representaciones virtuales en tiempo real de procesos físicos. En industrias como la automotriz, permite simular flujos de materiales y consumo energético, evaluando medidas de sostenibilidad antes de implementarlas. Esto favorece decisiones informadas que combinan eficiencia económica y responsabilidad ambiental.

En cadenas de suministro complejas, la tecnología blockchain comienza a desempeñar un papel clave al asegurar la transparencia, trazabilidad y autenticidad de las transacciones entre múltiples actores.

Diversas empresas ya han comenzado a aplicar estas soluciones. Ford, por ejemplo, utiliza sensores IoT y blockchain en sus fábricas para monitorear emisiones en tiempo real y corregir desviaciones de forma inmediata. Walmart ha incorporado IA y análisis predictivo para optimizar su red de distribución, anticipándose a la demanda y reduciendo costos logísticos, lo que ha mejorado significativamente la disponibilidad de productos, especialmente en temporadas críticas.

Estas tecnologías no solo impulsan la eficiencia operativa, sino que posicionan a las organizaciones frente a los desafíos de un entorno global cada vez más cambiante, competitivo y consciente del impacto ambiental. La digitalización de la cadena de suministro ya no es el futuro, es la realidad del presente convertida en una necesidad estratégica.

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