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Priones culturales: cuando las ideas enferman

Priones culturales: cuando las ideas enferman

Voces Universitarias | Dr. Víctor Peralta del Riego*

 Pensemos en la palabra “libertad”. El análisis clásico de Isaiah Berlin distingue dos sentidos: la libertad negativa (ausencia de coacción externa) y la positiva (autonomía o autodominio). Muchos filósofos debaten cuál es la “verdadera”, pero propongo al lector suspender el juicio moral. Imagine por un momento que la filosofía se parece a la ingeniería química: diseñar un concepto es como diseñar una proteína que, al liberarse en una mente activa, tendrá efectos fisiológicos concretos.

Las palabras son vehículos que nos "forman". Así como los virus afectan nuestra conducta biológica, los conceptos afectan nuestra conducta intelectual, emocional, y hasta la social.

Recuerdo a un tío que en los setenta ironizaba sobre la libertad en el mundo Occidental: “Eres libre de comprar yates y aviones, ¡pero a ver, págatelos!”. Es una crítica potente: una sociedad con libertad negativa garantizada, pero sin capacidad económica, se siente—y remarco, se siente— encarcelada—todavía.

Si la filosofía diseña conceptos, debemos admitir que hay malos diseños. Algunos actúan como venenos o, peor aún, como priones. Biológicamente, los priones son proteínas mal plegadas que el cuerpo reconoce como propias, burlando muchas de las defensas del sistema inmunológico. Se replican convirtiendo a otras proteínas sanas en copias defectuosas, creando una reacción en cadena que destruye el tejido en el que se acumulan, como en la enfermedad de las vacas locas. Son incurables precisamente porque parecen "nuestras".

¿Qué pasa cuando inoculamos un "concepto priónico"? Es una idea que parece funcional porque simplifica la realidad, pero que descompone nuestra red de creencias. Una de estas enfermedades es la idiocia. Para los griegos, el idiotes era quien juzgaba solo desde su interés privado. El idiota moderno entiende el "yo", pero no procesa que una medida que le perjudica personalmente puede ser vital para la armonía o la supervivencia del todo. Su mente ha reducido la realidad a su propio ombligo.

Pero el prion muta y presenta una variante opuesta: el concepto "zombie". Es el colectivismo irreflexivo del que advertía Bukowski en El genio de la multitud. Son masas que predican Amor y Paz pero carecen de la capacidad individual para ejercerlos. Si el idiota enferma por aislamiento egoísta, el zombie enferma por disolución en la turba. Ambos sufren del mismo mal de origen: el reduccionismo. Creen que la verdad es solo una parte (el Yo o el Nosotros), amputando la complejidad humana.

Aquí es donde la filosofía se vuelve urgente. Si la cultura es el ecosistema donde circulan estas proteínas, nuestro sistema inmunológico debe ser el razonamiento riguroso. Ese que es capaz de sostener la tensión entre la libertad individual y la responsabilidad colectiva sin colapsar. Dado que el prion engaña por su apariencia, es difícil detectarlo. Un modo es aplicando rigurosamente el adagio: “por sus frutos los conoceréis”. Si el fruto de un concepto es la soledad del idiota o el odio del zombie, estamos ante una idea enferma que no deja rastros visibles en el tejido del cerebro. La tarea del pensamiento crítico es afinar ese sistema inmune para distinguir, antes de que sea tarde, entre la proteína que nutre y el prion que envenena.

*Profesor-Investigador, Depto. Desarrollo Humano, Universidad del Caribe

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La satisfacción del cliente a través de la eficiencia del personal y del servicio

La satisfacción del cliente a través de la eficiencia del personal y del servicio

Voces Universitarias | Dra. Lucila Zárraga Cano

 Hablar sobre satisfacción y calidad en el servicio son temas relevantes cuando se trata de estudiar a las empresas de servicios y más estando en Quintana Roo, en donde el turismo es el motor principal de la economía del estado. En el caso específico del sector de servicios, el consumidor se fija tanto en la eficiencia del personal, como en la eficiencia del servicio, por lo que es importante evaluar continuamente la calidad del servicio y la satisfacción del cliente; estos dos componentes que no debemos perder de vista y en donde el factor humano es un elemento importante en esta ecuación, pues es quién facilita la entrega del servicio.

La interacción que existe entre el personal y el consumidor, es el contacto que tienen las empresas con sus clientes. El personal es parte esencial de los momentos de la verdad, es donde se da una relación entre el cliente y un representante de la empresa, por lo que toda información que se genere de este acercamiento, es útil para establecer estrategias orientadas al cliente.

Cuando existe esta interacción debemos verlo como una evaluación del servicio, ya que podemos medir el resultado técnico del servicio, es decir podremos obtener información sobre procesos y productos, de esta manera las empresas pueden hacer un plano de servicio, que es una guía o un mapa de cómo se debe ofrecer el producto o servicio y que las personas involucradas puedan entenderlo y aplicarlo en su trabajo, lo cual fomentara un agrado del servicio.

La satisfacción es la respuesta de la realización del consumidor, proporcionándole un nivel placentero relacionado con el consumo, pero también es un juicio transitorio que es susceptible al cambio y se da mediante una evaluación de la calidad del servicio y busca exceder las expectativas que se originan de la eficiencia del personal y eficiencia del servicio.

*Profesora-Investigadora del Depto. de Economía y Negocios, Universidad del Caribe.

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Chetumal: la nueva frontera de oportunidad económica en México

Chetumal: la nueva frontera de oportunidad económica en México

Voces Universitarias | Brenda Lizeth Soto Pérez*

 ¿Sabías que en Chetumal se pueden encontrar diversos beneficios fiscales que buscan convertir al sur de Quintana Roo en uno de los polos logísticos, comerciales e industriales más atractivos del país?

Te explico brevemente cuales son lo posibles beneficios para las empresas en Chetumal:

- Zona libre: Al ser una zona libre se exenta del pago de Impuesto General de Importación (IGI) en ciertos productos, de manera adicional un crédito fiscal del 100% del Derecho de Trámite Aduanero (DTA). Para las operaciones dentro del Tianguis del Bienestar, otorga 100% de crédito en Impuesto Sobre la Renta (ISR) e Impuesto al Valor Agregado (IVA) hasta el 2030, siempre que el IVA no sea trasladado al consumidor.

Rocha, et al (2025) mencionan, mediante un ejemplo de cosméticos, que el impacto de los impuestos sobre el costo total del producto es:

- 19.95% – Resto del país

- 3.84% – Zona Libre

- 0.79% – Tianguis del Bienestar

Es decir, un producto que el resto del país se vende en $119.95 MXN, en el tianguis del bienestar se puede vender en $100.79 MXN. Sin embargo, es importante mencionar que este beneficio sería mayor, de aprobarse la reforma a la Ley de Impuestos Generales de Importación y Exportación (LIGIE), en la cual se contemplan incrementar aranceles, en algunos casos del 50%. Lo cual dejaría el ejemplo anterior de la siguiente forma: resto del país $154.95 y el tianguis del bienestar $100.79 MXN.

- Región Fronteriza Sur: decreto de estímulos fiscales que ofrece crédito fiscal equivalente a una tercera parte del ISR causado y un crédito fiscal equivalente al 50% del IVA.

- Recinto Fiscalizado Estratégico (RFE): El parque industrial Chetumal cuenta con un RFE, el cual permite importar mercancía de manera temporal, sin el pago de impuestos al comercio exterior; por el tiempo que esté en el RFE, para actividades como almacenamiento, transformación, elaboración y reparación.

- Polo de Desarrollo Económico del Bienestar: aplica estímulos fiscales a contribuyentes que realicen actividades productivas dentro del Polo, entre los beneficios están la deducción inmediata del 100% en inversiones de activo fijo y la deducción adicional del 25% en capacitación e innovación.

Con todos estos beneficios, Chetumal busca consolidarse como el proyecto económico más ambicioso de la región sur del país. Las empresas que se instalen hoy pueden aprovechar un conjunto de estímulos que difícilmente volverán a replicarse en el corto plazo.

Este es el momento de mirar hacia Chetumal no solo como frontera, sino como oportunidad estratégica de crecimiento, inversión, y transformación económica.

*Profesora-Investigadora, Depto. de Economía y Negocios.

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Parte II. El síndrome de burnout en la industria turística y sus estrategias para aminorarlo.

Parte II. El síndrome de burnout en la industria turística y sus estrategias para aminorarlo.


Voces Universitarias | Dr. Ricardo Sonda de la Rosa*

 En la anterior entrega hice mención de lo que es el burnout y tras reconocer su existencia en la industria turística, el siguiente desafío es proponer estrategias que permitan prevenirlo y gestionarlo de manera efectiva. Esto es crucial en un sector que depende, en gran medida, del contacto humano y de la calidad en la atención al cliente o al huésped.

En primer lugar, la gestión organizacional juega un papel central. Las empresas deben diseñar políticas laborales que promuevan horarios razonables, pausas activas y oportunidades de descanso real. El turismo es un sector donde las temporadas altas suelen exigir un esfuerzo adicional; sin embargo, este esfuerzo debe ser compensado mediante esquemas flexibles de rotación y beneficios que reconozcan la sobrecarga de trabajo.

Otra estrategia relevante es la capacitación constante, no solo en habilidades técnicas, sino también en el manejo del estrés, la comunicación efectiva y la inteligencia emocional. Los trabajadores turísticos, al enfrentarse a situaciones de presión con clientes internacionales, necesitan recursos que les permitan responder con profesionalismo sin sacrificar su salud emocional.

La cultura organizacional también desempeña un papel determinante. Promover un ambiente de apoyo, donde los líderes escuchen activamente y valoren el esfuerzo de su equipo, contribuye a reducir la percepción de aislamiento y desmotivación. Un trabajador que se siente respaldado por su organización tiene más probabilidades de sobreponerse al desgaste y mantener la calidad en su servicio.

Asimismo, es importante impulsar iniciativas de autocuidado. Fomentar hábitos saludables como la actividad física, la alimentación equilibrada y el descanso adecuado puede marcar la diferencia en la prevención del burnout. Las universidades y centros de formación turística también deben integrar estos temas en sus planes de estudio, sensibilizando a las nuevas generaciones sobre la importancia del equilibrio entre vida personal y profesional.

Por último, desde una perspectiva social, es indispensable que las políticas públicas reconozcan al trabajador turístico como un actor clave de la economía. Programas de salud ocupacional, campañas de prevención y marcos legales que regulen las condiciones laborales pueden contribuir a disminuir el riesgo de burnout y garantizar una industria turística más sostenible.

Puedo concluir que, atender el burnout no es solo un asunto de salud individual, sino una estrategia de competitividad. Una industria turística con trabajadores saludables es capaz de ofrecer experiencias auténticas, memorables y de calidad, consolidando así su papel como motor económico y cultural.

*Profesor-Investigador, Departamento de Turismo Sustentable, Gastronomía y Hotelería, Universidad del Caribe, rsonda@ucaribe.edu.mx

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Parte I. El síndrome de burnout en la industria turística y sus estrategias para aminorarlo

Parte I. El síndrome de burnout en la industria turística y sus estrategias para aminorarlo

Voces Universitarias | Dr. Ricardo Sonda de la Rosa*

En la industria turística, caracterizada por la atención constante al cliente y la búsqueda de experiencias memorables, se encuentra un fenómeno silencioso que afecta tanto a la productividad como al bienestar de los trabajadores: el síndrome de burnout. Este término, acuñado en la década de 1970 por el psicólogo Herbert Freudenberger, se refiere al desgaste emocional, físico y mental ocasionado por un estrés laboral crónico, especialmente en profesiones de servicio.

El burnout no surge de la noche a la mañana. Es un proceso paulatino en el que confluyen la sobrecarga laboral, la presión por cumplir estándares de calidad y la gestión de clientes exigentes.

En el turismo, estas condiciones se acentúan por las jornadas extensas, los horarios irregulares, la temporalidad del empleo y la alta rotación del personal. Todo ello configura un entorno propenso a la fatiga y al desgaste psicológico.

Las manifestaciones más comunes del burnout incluyen agotamiento extremo, despersonalización (una actitud fría y distante hacia clientes, huéspedes o compañeros) y la disminución del sentido de logro personal. En el caso de los trabajadores turísticos, este deterioro se traduce en un servicio mecánico, menor empatía con los visitantes y, en ocasiones, en conflictos dentro del equipo de trabajo.

El impacto del burnout va más allá del individuo. Para las empresas, significa mayor ausentismo, rotación de personal y una reducción en la calidad del servicio, lo que afecta directamente la experiencia del turista. A nivel social, implica trabajadores con menor satisfacción vital, propensos a problemas de salud mental e incluso físicos, como trastornos del sueño, ansiedad o depresión.

En este contexto, resulta fundamental visibilizar el síndrome de burnout como un problema estructural de la industria turística. Reconocer sus causas y consecuencias es el primer paso hacia la construcción de entornos laborales más saludables, donde se equilibre la productividad con el bienestar humano. La atención al turista no debe darse a costa de la salud de quienes hacen posible la experiencia de viajar.

¿Quieres saber cuáles son las estrategias más eficientes para enfrentar el burnout en el sector turístico?, te lo explico en la siguiente entrega de Voces Universitarias.

Profesor-Investigador, Departamento de Turismo Sustentable, Gastronomía y Hotelería, Universidad del Caribe, rsonda@ucaribe.edu.mx

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LA IA el nuevo reto de la Universidad

LA IA el nuevo reto de la Universidad

Voces Universitarias | 
Miguel Ángel Olivares*

 El avance de la Inteligencia Artificial (IA), definida como el campo de la informática que busca desarrollar algoritmos para realizar tareas que tradicionalmente requieren inteligencia humana, cómo el razonamiento, el aprendizaje y la toma de decisiones, ha irrumpido en el ámbito académico. Ante este fenómeno, surge una pregunta central: ¿dónde se encuentra el límite ético para su uso en trabajos universitarios?

Una investigación realizada en la Universidad del Caribe (UNICARIBE) exploró precisamente esta percepción, encuestando a 192 estudiantes de programas de Maestría, Negocios e Innovación, y Turismo Sustentable realizado por el Dr. Sonda y el Dr. Olivares (2024). El estudio destaca que, conceptualmente, la ética requiere un enfoque riguroso y sistemático, basado en la reflexión crítica. Por ello, es fundamental que el desarrollo de la IA se alinee con principios éticos como la fiabilidad, la justicia, la equidad, la supervisión y la transparencia.

La Controversia Global de la IA

La preocupación por la IA no es nueva. El avance de esta tecnología ha generado controversias significativas, incluyendo el riesgo de que los algoritmos repliquen y perpetúen la discriminación (sesgo algorítmico) al apoyarse en datos históricos, la vulneración de la privacidad debido a la recopilación de información personal y los vacíos legales, y el impacto potencial en el mercado laboral por la automatización de tareas.

El Veredicto Estudiantil: La Regla del 40%

Los resultados obtenidos en UNICARIBE son contundentes y revelan una postura pragmática: el 82% de los estudiantes considera ético el uso de la IA en actividades académicas. Sin embargo, esta aceptación viene con una condición clara: la intervención de la tecnología no debe exceder el 40% del trabajo total. Esta percepción refleja el deseo de los estudiantes por integrar los beneficios de la IA sin comprometer la integridad del trabajo propio.

La permisividad varía según el tipo de trabajo académico:

Mayor Aceptación (hasta el 40%): Artículos (91%) y Tesis (86%). Los trabajos de mayor envergadura, como tesis y proyectos, permiten más el uso de IA que las tareas y ensayos.

Menor Aceptación (hasta el 40%): Tareas (70%) y Ensayos (64%).

Se identificaron diferencias por división: los estudiantes de Turismo son consistentemente los más permisivos, mientras que los de Maestría son más reticentes, especialmente en la elaboración de ensayos.

Regulando el Futuro Académico

Este panorama subraya la urgencia de establecer marcos de gobernanza y regulación. Las recomendaciones clave del estudio se centran en establecer guías claras que definan el límite de uso (como el sugerido 40%), fomentar la reflexión ética y un enfoque crítico, y ajustar los métodos de evaluación universitarios.

Es indispensable que las instituciones ofrezcan capacitación para asegurar el uso responsable de la IA. Solo mediante la adhesión a pautas éticas bien definidas, se podrá aprovechar plenamente el potencial de la IA en la investigación y la academia, garantizando que esta tecnología beneficie a la sociedad sin menoscabar la integridad.

*Profesor-Investigador del Depto. de Economía y Negocios, Universidad del Caribe.

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Métodos de conservación de productos cárnicos desde casa

Métodos de conservación de productos cárnicos desde casa

Voces Universitarias | Edgar Fernando Peña Torres*

 ¿Alguna vez has comprado carne y productos cárnicos y te has preguntado qué hacer para que dure más tiempo sin perder su calidad y seguridad? Conservar carne en el hogar es una práctica desde hace muchos años y con las técnicas adecuadas, nos permite disfrutar de estos productos por mucho más tiempo, evitando el desperdicio y ahorrando dinero.

El principal enemigo de la carne son los microorganismos, como bacterias y hongos, que la descomponen. Por lo tanto, los métodos de conservación actúan creando un ambiente donde estos gérmenes no puedan proliferar, ya sea mediante el frío, la eliminación de la humedad o el uso de aditivos. En este sentido, la refrigeración es la solución más común y al almacenar la carne entre 0°C y 4°C se ralentiza el crecimiento bacteriano. Este método es ideal para consumos a corto plazo, siendo fundamental colocar la carne en un recipiente hermético o envuelta para evitar que sus jugos contaminen otros alimentos. Para una conservación mucho más prolongada, la congelación se convierte en la opción ideal. A temperaturas de -18°C o menos, el agua dentro de la carne se convierte en hielo, lo que la vuelve inutilizable para los microorganismos. La clave para un buen resultado es un envasado correcto, utilizando bolsas aptas para congelación y eliminando todo el aire posible para evitar deshidratar la carne.

Además del frío, existen otros métodos tradicionales que han perdurado por su eficacia. El salado es una técnica ancestrales que extrae la humedad de la carne mediante la sal. Por lo que la sal crea un ambiente donde las bacterias no pueden sobrevivir. Otra técnica relacionada es la deshidratación o secado, que elimina el agua necesaria para la vida microbiana. Si antes se hacía al sol y al aire, como en productos como la carne seca y la cecina, hoy existen deshidratadores eléctricos permiten secar tiras de carne de forma controlada y segura.

Indistintamente del método elegido en nuestro hogar, la seguridad alimentaria es la máxima prioridad. La higiene durante la manipulación es fundamental, y si en algún momento la carne desarrolla un olor, color o textura extraños, la decisión más conveniente es desecharla. Es por ello que, conocer estas técnicas nos da un control en la cocina, reduce el desperdicio de alimentos y nos permite disfrutar de la carne y productos cárnicos con total seguridad cuando nosotros lo decidamos.

*Profesor Investigador del Departamento de Turismo Sustentable, Gastronomía y Hotelería. Universidad del Caribe

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Cien años distinguiendo entre riesgo e incertidumbre en la práctica emprendedora

Cien años distinguiendo entre riesgo e incertidumbre en la práctica emprendedora

Voces Universitarias | Dr. Juan Boggio Vázquez*

En 2025 se cumplen 140 años del nacimiento de Frank H. Knight (7 de noviembre de 1885) y 104 años de la publicación de su libro más influyente, Risk, Uncertainty and Profit (1921). En esas páginas Knight trazó una distinción que cambió la teoría económica: riesgo es lo que puede medirse y asegurarse; incertidumbre es lo que no puede medirse bien ni cubrirse con pólizas. Y sostuvo algo más: el empresario es quien decide precisamente en ese territorio incierto y asume las consecuencias.

Quisimos comprobar si esa idea sigue viva en la práctica. Con estudiantes de Pensamiento Empresarial (Licenciatura en Innovación Empresarial, Universidad del Caribe) realizamos un ejercicio de campo con pymes de Cancún. Entrevistamos dueños y gerentes con un guion semiestructurado: decisiones recientes sin información suficiente, formas de “amarrar” costos con terceros, ventas de prueba antes de invertir y ajustes rápidos a partir de lo aprendido.

¿Qué vimos en Cancún?

Primero, mucha incertidumbre verdadera en el día a día. Varios negocios no pueden anticipar la afluencia con precisión (el turismo cambia, el clima pesa, el sargazo altera planes) y los precios de insumos (pescado, café, gas) se mueven de forma difícil de prever. En ese contexto, no hay modelos que resuelvan todo; aparece el juicio: la experiencia del dueño, su lectura del barrio, del horario, del cliente que llega o no llega.

Segundo, el residuo (la ganancia o la pérdida) suele quedar del lado del empresario. Si un día flojo no cubre costos, él o ella absorbe el golpe; si la apuesta sale bien, recoge el excedente. Al mismo tiempo, muchos dan certeza a terceros: salarios fijos a su personal, rentas pactadas, condiciones claras para proveedores. Es una imagen muy knightiana: convertir en contratos ciertos lo que rodea al negocio y quedarse con la incertidumbre que no se puede asegurar.

Tercero, abundan las pruebas pequeñas antes de invertir. Vimos casos que empezaron vendiendo desde casa, en ferias o con equipo alquilado por horas, y solo después abrieron un local o compraron maquinaria. Esa secuencia: probar, medir, ajustar, recién entonces comprometer capital, reduce errores costosos y acelera el aprendizaje.

Cuarto, hay ajustes frecuentes y rápidos. Menús que cambian cada semana, sustitución de ingredientes cuando sube un precio, horarios que se mueven con el calor o con la llegada de vuelos, promociones que se activan y desactivan según la respuesta del público. No es improvisación: es una forma de gestión que reconoce la volatilidad del destino y actúa en ciclos cortos.

¿Sigue vigente Knight?

A la luz de estas observaciones, sí. En las pymes que escuchamos aparece, con naturalidad, la función empresarial que Knight describió hace un siglo: decidir sin probabilidades confiables, asumir la responsabilidad, proteger a quienes rodean al negocio mediante contratos y aprender vendiendo. La ganancia no viene de controlar todas las variables, sino de tomar decisiones sensatas bajo incertidumbre.

Este trabajo de aula nos permitió conectar teoría y territorio. Celebrar a Knight no es solo recordar un aniversario: es mirar de cerca cómo se emprende en Cancún hoy. En medio de sargazo, temporadas irregulares y plataformas cambiantes, el juicio del empresario local (su capacidad para leer señales, ajustar a tiempo y hacerse cargo) sigue siendo un motor silencioso de la economía de la ciudad.

*Profesor-Investigador, Departamento de Economía y Negocios, Universidad del Caribe

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Sesgos cognitivos en la argumentación

Sesgos cognitivos en la argumentación

Voces Universitarias | Víctor Cantero Flores*

 El pensamiento crítico es uno de los objetivos educativos más valorados en la formación universitaria. En distintos contextos académicos, se realizan grandes esfuerzos para eliminar actitudes discriminatorias y prejuiciosas entre los estudiantes. El ideal buscado parece ser que, quien piensa críticamente lo hace a partir de razones, argumentos y evidencias, no de prejuicios. Sin embargo, esta visión del pensamiento crítico y la argumentación como herramientas para erradicar la discriminación resulta, en el mejor de los casos, simplificada e incompleta.

La existencia de los llamados sesgos implícitos plantea serios desafíos a las estrategias educativas que promueven el pensamiento crítico como antídoto contra la discriminación. Estos sesgos afectan los fundamentos mismos de la racionalidad, pues socavan la capacidad de los individuos para deliberar de manera justa, abierta y reflexiva. Además, cuestionan la eficacia de enseñar pensamiento crítico como vía para desarrollar mejores prácticas de razonamiento. El sesgo implícito influye de forma sutil y persistente en nuestras prácticas argumentativas, distorsionando la manera en que los argumentos se formulan, evalúan y reciben. Se manifiesta en patrones de razonamiento falaces, donde estereotipos, prejuicios o supuestos no reconocidos llevan a conclusiones erróneas o injustificadas, incluso cuando las premisas parecen válidas a primera vista.

Un ejemplo elocuente de esta influencia lo ofrece Jesse Jackson, incansable defensor de los derechos civiles en Estados Unidos, quien confiesa: “No hay nada más doloroso para mí, en esta etapa de mi vida, que caminar por la calle y oír pasos detrás de mí, y pensar que me van a asaltar. Y luego voltear, ver que es un hombre blanco, y sentir alivio”.

Este tipo de testimonios nos obliga a replantear la enseñanza del pensamiento crítico y la argumentación. No puede reducirse a la aplicación de técnicas formales ni a un ejercicio puramente intelectual. Es necesario desarrollar estrategias pedagógicas específicas para mitigar los efectos del sesgo implícito: aumentar la conciencia metacognitiva, fomentar la toma de perspectiva, promover la reflexión estructurada sobre el propio razonamiento y fortalecer reformas institucionales que impulsen la diversidad y la responsabilidad discursiva.

Más importante aún, necesitamos guiar a nuestros estudiantes a enfrentarse con sus propios sesgos, lo que implica llevarles a entablar un diálogo crítico interno constante.

*Profesor-Investigador, Departamento de Desarrollo Humano, Universidad del Caribe

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Empresas familiares en Cancún: tradición, reto y oportunidad

Empresas familiares en Cancún: tradición, reto y oportunidad



Voces Universitarias | Carolina Moreno Ortiz*

 En Cancún, muchas empresas nacieron como negocios familiares, impulsados por el auge turístico del destino. Desde hoteles y restaurantes hasta agencias de viaje y servicios de transporte, estos emprendimientos crecieron de forma empírica, convirtiéndose en pilares del desarrollo económico local.

Muchos emprendimientos en México comienzan como empresas familiares, es decir, negocios que son operados y dirigidos por miembros de una misma familia. Este modelo ha sido una fuente importante de empleo y desarrollo económico. Pero más allá de crear empresas, el verdadero reto es lograr que se mantengan en el tiempo, crezcan y se vuelvan competitivas dentro del mercado nacional.

En Cancún, las empresas familiares abarcan distintos sectores y tienen trayectorias que van desde los 10 hasta los 45 años. Muchas de ellas están atravesando un momento clave: el proceso de sucesión generacional. Es decir, el paso del liderazgo de una generación a otra.

Por eso, es fundamental entender qué factores ayudan a que esta transición se dé de forma exitosa y qué aspectos deben fortalecerse para evitar que el negocio desaparezca.

Entre los principales desafíos que enfrentan estas empresas están la falta de profesionalización, la ausencia de órganos de gobierno bien definidos, estructuras organizativas poco claras que dificultan la asignación de funciones, y la carencia de un protocolo de sucesión y una planeación estratégica que les permita alcanzar sus metas.

La continuidad de las empresas familiares no solo preserva empleos y legado, también fortalece la economía local. Entender qué factores favorecen una sucesión exitosa puede marcar la diferencia entre desaparecer o consolidarse.

Cancún sigue siendo tierra fértil para emprender. Con visión, estructura y apoyo, las empresas familiares pueden seguir creciendo y adaptándose a los nuevos tiempos.

*Profesora-Investigadora, Programa Educativo en Gastronomía, Universidad del Caribe.

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